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Qué pasa en el ‘indie’ español para que los músicos quieran ir a Eurovisión


Si hace unos años nos hubieran dicho que entre Azúcar Moreno y la música indie surgiría un punto de confluencia nos habríamos quedado patitiesos. Excepto por la aspiración romántica en 2008 de La Casa Azul con La revolución sexual, derrotado en la preselección por (agárrense los machos) Rodolfo Chikilicuatre, relacionar a grupos y solistas de la escena independiente con el festival de Eurovisión habría provocado severos cortociruitos mentales. Sin embargo, va en serio: este año un artista alternativo podría representar a España en el magno evento continental, aunque para ello tendrá que vérselas con Azúcar Moreno y otros exponentes de la música comercial, también candidatos, en el Benidorm Fest, certamen previo organizado por RTVE y cuyo ganador será quien viaje a Turín en mayo.

Esto ya de por sí supone una novedad en España, que con frecuencia va un paso por detrás en todo lo que respecta al festival europeo de la canción. Como en la edición de 2021 resultó triunfador un conjunto rockero (Måneskin), bastante solvente e italiano para más señas, y el país transalpino tiene por costumbre enviar a Eurovisión al ganador en San Remo, los responsables del ente público español han considerado idóneo que en 2022 represente al país un artista de contrastada solvencia que haya conquistado antes un festival lo más parecido a San Remo… ¿Qué tal Benidorm, que nació en 1959 inspirado, de hecho, en la mítica competición italiana? Pongámosle un “fest” para que sea vintage y moderno a la vez.

De la misma manera que los géneros han empezado a desdibujarse un poco y no se sabe bien qué es musicalmente el ‘indie’, la relación con el público también se ha transformado

Varry Brava

Ese aire distinto que quiere dársele al trámite eurovisivo ha atraído a la convocatoria valenciana —cuyas semifinales se celebran los días miércoles 26 y jueves 27 de enero, y la final el sábado 29— a artistas de dispar extracción, incluidos varios a los que generalmente se identifica con la música independiente: Varry Brava, Javiera Mena y Rigoberta Bandini. Los primeros son un trío de Orihuela (Alicante) con cinco álbumes a sus espaldas que comparte discográfica y manager con Izal y Miss Caffeína. Mena es una cantautora de electropop chilena favorita de la hinchada indie española, nominada a un Grammy Latino en 2005 a la mejor canción alternativa por Otra era. Bandini, una actriz barcelonesa metida a cantante que en sus dos años en activo ha publicado sencillos con títulos tan rompedores como Perra, Too Many Drugs, The Fuck, fuck, fuck poem y Julio Iglesias.

¿Cómo es que a estos artistas del colectivo independiente les ha dado por querer participar en Eurovisión? Los componentes de Varry Brava se reconocen seguidores del festival, que describen como “un acontecimiento que recoge el espíritu musical europeo”. La canción que presentan, Raffaella, ha sido compuesta ex profeso para la ocasión. Querían que fuese tanto un reflejo de sus inquietudes artísticas como “un homenaje a los grandes compositores españoles que nos gustan, como Manuel Alejandro y Ramón Arcusa, intérpretes como Julio Iglesias o Raphael, y por supuesto a Raffaella Carrà, una figura muy importante por su manera de entender la música. Son mimbres necesarios para representar a España en Eurovisión”, expresa su teclista, Aarón Sáez.

Aseguran que no opositan inspirados por la reciente victoria de Måneskin. “Estamos ahí porque en el 84 se presentó Franco Battiato, en 2008 Sébastien Tellier con Divine y Sergio Dalma en 1992 con Bailar pegados: pedazo de balada”, dicen. También les animó el cambio que detectan en el proceso de clasificación. “Este año parece que hay un compromiso por parte de RTVE de hacer un festival muy abierto y transparente, con una selección variada de verdad de la música española actual, y estamos muy contentos de estar ahí”.

La organización se reservó el derecho de invitar a algunos artistas a Benidorm Fest y una de ellas fue Javiera Mena. Su canción, Culpa, había salido como sencillo poco antes de recibir la invitación. “Creo que más allá de la canción, para este tipo de eventos debe haber algo detrás con power; Culpa tiene mensaje potente y pensé que podría funcionar”, señala a propósito de su tema, que conmina a liberarse y despojarse del sentimiento que le da título. Descubrió Eurovisión a su llegada a España en 2014 y lo conceptuó “como una especie de olimpiada de la música. Tengo muchos amigos eurofans, y sé que genera mucha devoción y a veces controversia, lo que me gusta. Me parece divertido”, afirma. Mena participó en el festival chileno de Viña del Mar en 2017.

Varry Brava y Javiera Mena (Bandini, según nos informa su representante, ha cortado toda comunicación con los medios para concentrarse en la trascendental cita) consideran que el ser indie ya no está reñido con el deseo de conectar con el gran público. “En estos últimos ocho o nueve años” —dicen los alicantinos— “la historia ha cambiado mucho y las fronteras están mucho más diluidas. De la misma manera que los géneros han empezado a desdibujarse un poco y no se sabe bien qué es musicalmente el indie, la relación con el público también se ha transformado. Las redes sociales han hecho que se mezclen mucho los géneros y el modo en que las bandas afrontan su promoción”.

Cuesta imaginar a Los Planetas, Nacho Vegas, Love of Lesbian, Lori Meyers (incluso a La Habitación Roja, que tienen un tema titulado Eurovisión, cuya letra, sin embargo, no alude al festival) u otras formaciones veteranas de la escena independiente planteándose concurrir a la gala, lo que podría sugerir que algo está cambiando en la música indie nacional. Hasta ahora se suponía que lo alternativo era justo lo contrario de lo mainstream o mayoritario; que si algo caracterizaba a los grupos y solistas de este movimiento era su visceral rechazo a todo lo que oliera a masas y éxito.

“Soy una artista independiente pero también coqueteo con el pop”, indica Javiera Mena. “No tengo prejuicios a la hora de ir a escenarios de este tipo, que incluso me sacan de mi zona de confort. Quizá hay compañeros indies más puristas y que jamás se presentarían, pero mi show tiene mucha fantasía, baile, y creo que se presta. Esa pretensión mainstream al tiempo que mantengo mi esencia es lo que me define”. “No creo que Los Planetas tengan ningún problema con llegar a cuanta más gente mejor”, sostienen Varry Brava. “Cuando empezaron, la escena indie era otra, estaba más delimitada. Ahora es mucho más abierta. Puede verse en cualquier festival: en los carteles comparten espacio música urbana, rock y pop. El mainstream no creemos que falte a la pureza ni a la verdad de la música, ni que el indie tenga el monopolio de la pureza y la verdad. Para nosotros la música está por encima de etiquetas y de planteamientos cerrados”.

Noni López es el cantante, guitarrista y compositor de Lori Meyers. Confirma que su grupo “nunca habría ido a Eurovisión”. No ve con buenos ojos el festival: “Han ido artistas buenos hasta los ochenta. Luego se ha convertido en otra cosa”. Pero aplaude que músicos afines hayan decidido postularse. “Me encanta Rigoberta Bandini, Varry Brava son colegas y a Javiera Mena la conozco desde que llegó a España. Son súper cracks. ¿Son indies o mainstream? Son artistas que están haciendo una música increíble. Y no creo que ellos quieran encasillarse: siendo tan buenos, ¿por qué van a preferir perder público? Entiendo que quieran expandirse. No tienen el concepto negativo de la popularidad que a lo mejor teníamos grupos como nosotros”.

Cuando comenzaron Los Planetas, Australian Blonde…, existía una distinción muy marcada. Eran grupos alternativos que venían de sellos pequeños y no querían entrar en los canales establecidos. Pero ahora los grupos nuevos no tienen tantos prejuicios

Noni, voz de Lory Meyers

Pocos pueden explicar esta evolución con el crédito de Santi Carrillo, periodista musical y director de la revista Rockdelux (hoy solo en web), biblia del indie. “Esta reivindicación de Eurovisión es la demostración absoluta de que, definitivamente, los tiempos han cambiado”, indica. Aduce que la música se consume hoy de un modo más superficial que desmitifica los géneros. Solo concibe a Los Planetas en Eurovisión como “una supuesta performance de Jota tras un brainstorming dopante; es muy propio de él pretender ir contra el sistema tratando de dinamitarlo desde dentro, lo que podría haber sido un golpe de efecto impactante (aunque, me temo, no muy bien entendido por su fans más canónicos, que son los que finalmente mantienen al grupo)”.

Sobre la implicación en el festival de Rigoberta Bandini sostiene: “Siempre buscando el foco con sus mensajes en plena sintonía con los tiempos presentes, entra dentro de lo previsible: más público potencial para su situacionismo musical, siempre a la búsqueda del reclamo comercial con una coartada seudointelectual que intenta darle la vuelta al asunto más banal (a veces, he de decir, lo consigue)”. En el caso de Javiera Mena, Carrillo entiende que “encaja muy bien en el target eurovisivo: por estética y por ética, es un producto muy de Eurovisión, con todo el esplendor de su pop brillante, melancólico y bailable a un tiempo, con esa romantización de los afectos”.

Cuando todos los grupos de pop y rock actuales son indies (es decir, fuera de lo que se cataloga como indie apenas surgen bandas nuevas), cabe sopesar si dicha etiqueta sigue significando algo. “Tal vez lo que antaño se denominaba ‘bandas de pop’ ahora se llame ‘bandas indies”, dice Óscar Ferrer, de Varry Brava. La vieja vocación del indie de mantenerse en los márgenes, de llegar solo a unos pocos, ha quedado superada, concede Noni: “Cuando comenzaron Los Planetas, Australian Blonde…, existía una distinción muy marcada. Eran grupos alternativos que venían de sellos pequeños y no querían entrar en los canales establecidos. Pero ahora lo que yo veo es que los grupos nuevos no tienen tantas inseguridades ni tantos prejuicios. Los veo más libres. No significa que nosotros no lo fuéramos, pero estábamos obligados a hacer algo fuera del sistema. Ahora todos escuchamos reguetón, trap…, y las nuevas generaciones lo están adaptando muy bien musicalmente. Que quieran definirse como indies o alternativos… Son cajones musicales. Al final te escucha la gente a la que le gusta lo que haces y punto”.

El especialista Santi Carrillo se muestra categórico: “El indie ha sido tomado por grupos como Vetusta Morla, sobre todo, y los Love of Lesbian de turno o sucedáneos parecidos. Grupos que son el maistream actual, y que encajan perfectamente en esa desvirtuación de lo que se suponía que eran los orígenes del indie, grupos que parecían obstinados en el no-triunfo, en la amateurización permanente de su legado. Eso hace mucho que cambió, como no podía ser de otra manera. Ya no hay compartimentos estancos. Todo vale”.


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