Punto sudado y bien trabajado el sumado ayer por el Athletic en el Bernabeú. Los leones supieron a que jugaban desde el pitido inicial y no dejaron de ser fieles a la nueva idea de su entrenador hasta el silbido final. El Madrid, sin tanta pegada como en visitas precedentes, se estrelló contra Unai Simón, la zaga bilbaína y los postes. Hasta tres veces remataron los locales a la madera.
Los rojiblancos supieron sufrir lo que siempre hay que sufrir en escenarios de este tipo. Su propuesta varió por momentos. Casi siempre en función de la iniciativa blanca y de las propias fuerzas. Unas veces tocó recular en torno al área propia y otras salir en busca del marco contrario. Courtois también se ganó el sueldo con una buena mano a remate de Williams. A Kodro le anularon un gol cerca del descanso y Lekue y Villalibre tuvieron sus opciones en el descuento.
Courtois también se ganó el sueldo en un remate de Williams y Kodro, Lekue y Villalibre también dispusieron de buenas opciones
La afición del Bernabéu apretó al colegiado desde antes incluso de que el balón comenzara a rodar, pero muchas de sus quejas fueron fruto más de la propia impotencia de su equipo que del error arbitral. El Athletic, mientras tanto, supo estar a lo que se celebraba sin perder el control ni la concentración. Buena forma, sin duda, de despedir 2019.
El clásico comenzó con sorpresas en ambas alineaciones. Zidane, respecto al once que presentó días antes en el Camp Nou, metió a Militao en el eje de la zaga en lugar de Varane, a Modric por Casemiro en la media y a Rodrygo y Vinicius en los extremos en vez de a Isco y Bale. Sergio Ramos, duda tras el duelo ante el Barça, fue titular.
Garitano tampoco se anduvo con rodeos a la hora de retocar su equipo. El deriotarra por variar, varió hasta de sistema de juego. El Athletic arrancó con tres centrales dada la incorporación de Núñez; adelantó y retrasó la posición de Lekue y Yuri, los hombres de banda, en función del poseedor del balón; cerró la zona ancha con Raúl García y Vesga junto a Dani García; y dejó arriba a Kodro y Williams. Este último volvió así a ejercer de delantero centro.
A los leones les costó asimilar su nuevo posicionamiento. Al Madrid también le llevó su tiempo, pero pronto empezó a aproximarse por los dominios de Unai Simón. Vinicius abrió las hostilidades y un poco más tarde Kroos estrelló el balón en el larguero. La respuesta bilbaína fue inmediata, puesto que Williams obligó a Courtois a hacer una buena y certera estirada.
Con el discurrir de los minutos al Athletic, empezó a costarle salir de atrás. La presión madrileña y la permisividad arbitral con los centrales blancos hizo que el choque empezara a jugarse en una sola dirección. Benzema las tuvo de cabeza y con el pie a portera vacía, aunque Núñez llegó a tiempo de salvar el balón que se colaba en la portería bilbaína.
El mayor susto de todo este primer tiempo, pese a todo, se lo llevaron los merengues cerca del descanso. Kodro, a buen pase de Vesga, batió a Courtois; pero el árbitro invalidó el gol por fuera de juego. Por muy poco, pero posición ilegal del punta rojiblanco.
El tramo final fue un toma y daca con el balón a la madera que estrelló Jovic y con las dos oportunidades del Athletic en el descuento
El segundo tiempo arrancó con el Madrid decidido a marcar a las primeras de cambio. El Athletic, pese a la insistencia local, no se inmutó. Siguió a lo suyo atrás e intentando salir hacia delante para asustar arriba. Benzema siguió acumulando remates y Unai Simón paradas.
Zidane, consciente de la situación, movió el banquillo sin demora. Nacho sustituyó al conmocionado Militao, Bale entró después por Rodrygo y Jovic minutos más tarde por Vinicius. Nacho la tuvo de cabeza, pero el cuero rebotó en el larguero.
Garitano, por su parte, recurrió a Villalibre para reemplazar a Kodro. El tiempo corría y la igualdad no se limitaba ya tan solo al marcador. El recién incorporado Villalibre se lo dejó bien claro a Courtois con un zurdazo que salió ligeramente desviado. Mero espejismo. Los blancos volvieron de nuevo a la carga y estrellaron otro balón, rematado por Jovic, en el palo. El cambio de Beñat por Williams a cinco del final pareció acabar con las opciones bilbaínas, pero nada más lejos de la realidad. Lekue primero y Villalibre fueron los últimos en rematar en un partido con seis minutos de prolongación.
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