A ti también te habrá pasado en alguna ocasión, que te han incautado comida o bebida una vez llegas al aeropuerto. Así que, adiós a ese típico dulce que querías llevarle a tus familiares tras las vacaciones, o también a tu propia botella de agua traída de casa irremisiblemente dejada en el puesto de control . Y es que no solo no es posible introducir líquidos en cabina desde el exterior, sino que en algunos países las leyes son muy restrictivas a la entrada de alimentos . Por lo tanto, incluso las compras típicas en el extranjero corren el riesgo de terminar en el mostrador de aduanas. Pero ¿Qué sucede con los alimentos que son confiscados en el aeropuerto?.
Alimentos confiscados en el aeropuerto
Puede que no tengamos ninguna mala intención con la comida o bebida que pretendemos subir al avión y el que nos la quiten en el control no deja de ser un hecho bastante lamentable. Sin embargo, responde a las normas de higiene y salubridad para proteger a la población. De hecho, como informa mashed.com, productos como frutas y verduras son portadores potenciales de microorganismos peligrosos. El hecho, por lo tanto, de que se confisquen cuando pasamos los controles antes de embarcar, es para evitar el riesgo de propagación de parásitos invasores que podrían infestar nuevas áreas.
Pero al margen de esos motivos y también, de la pena de tener que abandonar nuestras preciadas compras de comida y bebida, ¿Qué sucede realmente con esos alimentos que son incautados? Lo primero de todo, tenemos que desacreditar el mito de que los agentes y operadores aeroportuarios pueden de alguna manera darse un «festín» con todo lo que se confisca a los viajeros. Lo que pasa en realidad, es toda la comida se recoge y se traslada en un carrito a una sala especialmente habilitada. Para demostrarlo está un vídeo del canal de YouTube Great Big Story que ha recogido el testimonio de un funcionario.
El hombre hace una lista de alimentos incautados que son llevados a un procesador de alimentos, una especie de mega trituradora de desechos industriales . Después de una cuidadosa inspección para identificar insectos y parásitos, los alimentos se destruyen por completo y luego se desechan de acuerdo con las normas locales. Tal y como aconseja la TSA (Transportation Security Administration), es bueno consultar toda la información relevante antes de poner un pie en el aeropuerto y, sobre todo, antes de comprar comida en el extranjero.
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