Con un copioso desayuno de cuatro huevos, carne de puerco y tocino y luciendo la gorra de los combatientes en Bahía Cochinos, celebró el miércoles su libertad el expiloto y exiliado cubano Antonio Bascaro, que pasó 39 años de prisión en EEUU por un delito no violento de tráfico de marihuana.
Rodeado de sus tres hijos, nietos, sobrinos y amigos, el exiliado desayunó en un restaurante cubano a pocas cuadras de la Institución Correccional Federal (FCI) de Miami, en la que pasó veinte de los años de castigo de la mayor condena en el país por marihuana.
Allí se puso elegante, con una guayabera blanca, y dejó en el último uniforme de preso, que lo acompañó durante casi cuatro décadas en varias cárceles del país.
“Me parece mentira el tiempo que llevo yo… que llevé encerrado, y ahora estar aquí, afuera, sin cadenas, sin esposas, vaya, me encuentro muy extraño”, dijo a Efe Bascaro.
Relató que anoche no pudo dormir de la ansiedad y que además fue largo el “desfile” de compañeros de presidio y oficiales que se acercaron a su celda para felicitarle y desearle “lo mejor”.
Alegre y con un gran apetito, Bascaro, de 83 años, no se cansó de repetir lo feliz que estaba de comer por fin con cubiertos de verdad.
Era una mesa con tres generaciones de pilotos, él, su hijo Antonio y uno de sus nietos, además de sus hijas Mónica y Myra, que vinieron de Guatemala y la ciudad estadounidense de Atlanta, respectivamente, para celebrar su puesta en libertad.
Bascaro, quien no es ciudadano estadounidense, se mostró confiado de que no va a ser deportado a Cuba ni a Guatemala, donde vivió por varios años, se casó, tuvo sus tres hijos y después fue detenido y extraditado a Estados Unidos.
El cubano explicó a Efe que por ahora lo único que tiene claro, es que tiene una cita con las autoridades migratorias el próximo 11 de junio. “Se supone que ahí me den un ‘schedule (programa)’ para reportarme con ellos cada tres meses o seis meses, lo que ellos quieran”.
“Yo no puedo ir para Guatemala porque allí hay Embajada cubana, me va a costar la vida… y para Cuba, negativo. Yo combatí a Fidel, todo el tiempo que estuve en la Sierra”, dice.
“Es un sueño hecho realidad, cuarenta años esperando y al fin ya lo tenemos aquí con nosotros”, manifestó a Efe su hijo Antonio.
Bascaro subrayó que se radicará en Miami, por ahora en casa de su hermana, y comenzará a escribir varios libros, uno de ellos para “desenmascarar” al revolucionario argentino Ernesto “Che” Guevara y otro sobre su participación en la fallida invasión de Bahía de Cochinos (1961), impulsada por Estados Unidos para derrocar a Fidel Castro.
“Aquí tengo a mi sobrino, que es técnico y me va a preparar todo el equipo, y mis hijas, que me van a ayudar con la redacción y la traducción. Ella (Mónica) es traductora certificada”, dijo.
“Hemos contado los días, las horas y hemos luchado y luchado para que pueda salir antes y nunca habíamos logrado nada y gracias a Dios y a su salud nos dio la oportunidad de que hiciera el tiempo completo y que pudiera salir y esté con nosotros”, comentó Myra.
Bascaro, famoso en los portales electrónicos de organizaciones en favor de la despenalización de la marihuana en Estados Unidos, indicó sobre su condena que ha sido un “exceso”.
“Para mí es un abuso, es excesivo, yo nunca he estado preso, yo soy primer ofensor y me castigaron como si fuera un delincuente habitual”, subrayó.
El exiliado manifestó sin embargo que “no se arrepiente” de no haber delatado a nadie durante el juicio, y que lo volvería a hacer, pese a que eso le costó la condena más larga por marihuana registrada en EEUU, casi cuatro veces más que la recibida por el líder de la operación de narcotráfico por la que estuvo preso.
“No es que sea terco, es mi calidad de persona, a mí nadie me obligó a meterme en esto, ¿Por qué voy a usar meter a otra persona para librarme yo?”, indicó.
“El dueño directo de todo cayó dos años y ochos meses después que caí yo y salió en el año 1994, y era el número uno”, recordó.
“En el sistema actual, el que no da, no recibe”, se lamentó.
“Mi familia yo la perdí, ellos eran niños, pero mire, están todos saludables, y yo voy por la calle y no tengo que mirar atrás porque no le debo nada a nadie”, concluyó.