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“Quisieron embarcar todos a la vez y la barca se ‘reviró”

Juan Manuel Cabrera, pescador tinerfeño de 40 años, y el tripulante de su pesquero Fanny zarparon a las cuatro de la mañana de este viernes desde el Puerto de los Cristianos, un enclave turístico y pesquero en el suroeste de Tenerife. Rodearon el cono sur de la isla y tomaron dirección noreste, donde la pesca es más abundante. Poco antes de las 8.30 divisaron una embarcación de pequeñas dimensiones, a unas 2,7 millas del faro del Porís de Abona, en el municipio de Arico, y distinguieron “un montón de bultos”, según relata Cabrera en conversación telefónica desde alta mar. “Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que era una patera”. Era la antesala de otro día trágico en las costas canarias, una jornada que se ha saldado con tres migrantes ahogados y una embarazada reanimada in extremis y evacuada en helicóptero.

“Cuando llegué y me situé a su lado”, explica Cabrera, “me enseñaron una garrafa vacía: se habían quedado sin gasolina”. A las 8.35 Cabrera llamó al 112 y comunicó la presencia de una patera con más de 40 personas a bordo. La Salvamar Alpheratz partió de Los Cristianos. Mientras tanto, el Fanny se quedó con la embarcación para que el punto exacto quedase marcado por su señal. En ese momento lucía un cielo azul, soplaba un viento de 12 nudos y había algo de marejada. “Nada que pudiese tumbar una barca”, según el marinero.

Patera hallada por el pescador Juan Manuel Cabrera.Juan Manuel Cabrera

“Esperamos tranquilos. Llegó la Salvamar y se pegaron a la banda de la patera. Primero embarcaron a los niños, y cuando estaban subiendo a las mujeres, la gente se comenzó a impacientar, quisieron embarcar todos a la vez y la barca se reviró”. Como consecuencia, una treintena de migrantes cayeron al mar.

El personal de Salvamento Marítimo logró rescatar a 17 varones, 14 mujeres y el cuerpo de un varón ahogado. A bordo esperaban seis niños, entre ellos un bebé. “Los de la Salvamar me habían dicho que me podía ir, pero yo decidí quedarme y ver cómo los rescataban. Y menos mal”. Cabrera y su tripulante se unieron al rescate. “Sacamos a un par de hombres, y vimos una embarazada que estaba boca abajo. La subimos y estaba inconsciente”, recuerda. “Le indiqué a uno de ellos: ‘¡tú, hazle el boca a boca, hazle el boca a boca!’. Y, mientras, yo seguí sacando a los cuerpos. Logramos revivir a esa chica. Desgraciadamente, fue demasiado tarde para las otras dos”.

La mujer embarazada llegó con vida al muelle de Porís de Abona, desde donde fue evacuada en un helicóptero medicalizado. Otros dos helicópteros del Gobierno de Canarias, uno de la Guardia Civil, otro de Salvamento Marítimo y dos embarcaciones de rescate permanecieron en el área buscando más náufragos. “Llevo 15 años en el mar”, explica Cabrera, “y es la primera vez que me encuentro una patera. No quisiera volver a vivir algo parecido”, concluye.

Patera hallada por el pescador Juan Manuel Cabrera. Tres de sus ocupantes fallecerían ahogados poco después.Juan Manuel Cabrera

Balance trágico

Esta nueva tragedia se produce en un mes funesto para las llegadas de migrantes en Canarias. Las autoridades marroquíes han reanudado este viernes la búsqueda por aire de un centenar de personas que viajan en dos pateras que partieron hacia las Canarias desde Tarfaya (Marruecos) y Dajla. En el dispositivo aéreo participan un avión del Servicio de Búsqueda y Rescate (SAR) y otro de Salvamento, el Sasemar 103, así como un medio aéreo marroquí, han señalado las fuentes del citado departamento.

La primera de las pateras de las que se tuvo noticia la ocupan unas 50 personas, entre ellas diez mujeres y cuatro niños, en aguas situadas entre Lanzarote y la costa de Tarfaya. Sus ocupantes pudieron telefonear el miércoles a la ONG Caminando Fronteras para pedir ayuda, porque aseguraban que la lancha se estaba desfondando y corrían peligro de hundirse y, desde entonces, no ha vuelto a tener contacto con ellos. El avión del SAR del Ejército del Aire rastrea por su parte este jueves las aguas al sur de Gran Canaria para tratar de localizar la otra patera que supuestamente partió desde Dajla el lunes con 48 ocupantes, entre ellos 17 mujeres y seis menores.

Víctimas

La llamada ruta canaria se ha cobrado al menos 22 víctimas en lo que va de año. Esta es la cifra que suman los cuerpos hallados en las pateras en el momento del rescate, los que murieron días después de llegar (el último caso, el de una niña de Mali, el domingo pasado) y los que han perecido durante la travesía y han sido arrojados al mar según admiten sus compañeros de viaje. A esas 22 personas, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) suman las entre diez y doce víctimas que provocó el naufragio de una patera en Dajla.

Por cada 26 personas que consiguieron desembarcar en el archipiélago en 2020, una murió o desapareció en el intento, según los datos calculados por la OIM publicados este viernes, que muestran que hay más posibilidades de morir en esta travesía que en la mediterránea que conecta Libia e Italia, tradicionalmente la más mortífera. El aumento de las llegadas el año pasado a Canarias ha traído consigo un incremento de muertes de migrantes en su intento de llegada a Canarias: han sido 849 solo en 2020, según la OIM.


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