El Valencia, salvo que un cambio de propiedad altere la realidad económica del club, volverá a tener que vender jugadores este verano para ingresar unos 26 millones de euros netos y cuadrar sus cuentas. Esta situación le empujará a vender y el nombre de Uros
Racic está subrayado en rojo aunque al mismo tiempo el centrocampista serbio se ha convertido en un pilar sobre el que reconstruir el equipo.
Racic, que este miércoles se estrenó como internacional absoluto con su selección, ha aumentado su buen cartel al adaptarse con brío a la posición de mediocentro defensivo, una polivalencia que debe subir su cotización. Y en Inglaterra llevan tiempo siguiéndole.
Lo primero que va a mirar el Valencia a la hora de vender es el ingreso ‘neto’ que supondrá así que aunque lo ‘normal’ sería vender a jugadores como Gonçalo Guedes, de alto coste y discreto rendimiento, la realidad es que es difícil sacar rendimiento de la operación pues este verano el Valencia aún le quedarán por amortizar unos 20 millones de los 40 que pagó por él. Algo parecido puede pasar con Maxi Gómez o Jasper Cillessen.
Los jugadores por los que más dinero neto ingresaría son los canteranos pero por un lado vender a José Luis Gayà o Carlos Soler devaluaría mucho la plantilla deportiva y socialmente y además provocaría un considerable incendio social. Vender a jugadores como Yunus Musah o Kang In Lee va en contra de la idea de proyecto de cantera que tiene el club aunque en el caso del surcoreano no está descartado dado que acaba contrato en 2022 y no se cierra un acuerdo para renovar.
Es de los pocos que ha aumentado su precio objetivo
Luego hay jugadores con amortizaciones no muy altas a quienes perjudica su mal rendimiento (Diakhaby) y otros que se han convertido en pilares del grupo (como Gabriel Paulista y Daniel Wass). En cualquier caso, llegado el momento, los tres saldrían.
Pero el nombre de Racic está subrayado. Es de los pocos que ha aumentado su precio objetivo en esta aciaga temporada, más aún con su estreno son Serbia, y el ingreso por su venta sería casi íntegro puesto que llegó en el verano de 2018 por apenas 2 millones de euros. Su valor de mercado para la web Transfermarkt es de 10 millones, tras haber empezado la campaña en 2,3.
Viendo su progresión, el club le amplió su contrato en septiembre. Ahora llega a 2024 y tiene una cláusula de 150 millones, una posición de fuerza para negociar.
Pero, al mismo tiempo, su marcha dejaría un hueco importante en el centro del campo y obligaría al Valencia a un desembolso para traer a un escudero de garantías para Soler o bien arriesgarse a un fichaje de precio bajo que despunte.
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