En los test de pretemporada de Fórmula 1 no suele haber encontronazos en pista, aunque a veces, por despiste de algún piloto que estorba a otro en su intento de v uelta rápida, puede suceder lo que ocurrió este domingo en el último día de test de F1 2021 en Bahrein.
Todo sucedió en el último minuto de los ensayos oficiales, con Kimi Raikkonen como protagonista. El finlandés, al volante de su Alfa Romeo, rodaba ya sin ritmo en su camino hacia boxes, dando por terminado su trabajo. Sin embargo, no se dio cuenta de que Carlos venía en busca de su vuelta más rápida de todo el fin de semana, con el neumático más blando, el C5, queriendo enviar un último mensaje, de aquellos que le gusta mandar, después de haberse colocado en la tercera posición en la tabla de tiempos con la goma C4. Así, el español se encontró al nórdico en pista y ello le hizo tener que abortar su giro.
Imagínense el enfado del madrileño, que en su primer test oficial con Ferrari, tras completar una gran última sesión con tandas largas muy constantes, clavando sus tiempos giro tras giro, deseaba poner el broche de oro a su día y medio al volante del Ferrari con un gran giro. Acto seguido, Sainz, molesto, no dudó en meterle el coche a Kimi por el interior, casi sin espacio, para adelantarlo en la curva 10, dándole un tremendo susto al finlandés, que tuvo que apartarse rápidamente. Y justo después, Sainz le acorralaba en la escapatoria de esa curva, como pidiendo explicaciones.
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Esa imagen no tardó en hacerse viral en las redes, como uno de los momentos más tensos de todos los test de pretemporada. Nadie entendía el motivo de que el madrileño actuara así con Kimi, arriesgando dañar su Ferrari. En los test no se suelen emitir los team radios, aunque la de ese instante hubiera merecido muchísimo la pena. Por ello, hubo que conformarse con las explicaciones de Raikkonen tras el test.
“No creo que nos tocáramos. No lo sé. No tenía ni idea de que estaba ahí y luego le vi en el último momento y tiré hacia la derecha”, expresó Raikkonen, dejando claro que fue él el que prendió la mecha sin querer. “Supongo que se cabreó e intentó jugar, pero dudo que nos hubiéramos tocado”, finalizó.
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