La paciencia tiene un límite. El morderse la lengua para no levantar alboroto por el bien del equipo, también. Parecía haber optado por ese forzado silencio LeBron James en la entrevista en exclusiva concedida el viernes a la ESPN, demasiado políticamente correcto, hablando de su deseo de ganar sin tirar ningún dardo a los Lakers como organización. Y eso que, en días anteriores, había tirado más de una ‘puyita’ a la franquicia en comparecencias post-partido, desde el “no quiero terminar mi carrera jugando a este nivel a nivel de equipo” al irónico “como con 30 puntos (suyos) no ganábamos, vamos a intentarlo con 40”, pasando por el “no sabemos quiénes somos, no sabemos cuál es nuestra identidad”.
LeBron James firmando en verano su nuevo acuerdo con Los Angeles Lakers al lado de su agente Rich Paul y el gerente general del equipo angelino, Rob Pelinka.
Pero LeBron ya no ha podido callárselo más. Ha estallado. Está realmente molesto con la gestión de los Lakers, que siguen con los brazos cruzados a la hora de reforzar la plantilla. Y se lo hizo saber a Sam Amick, el periodista de ‘The Athletic’ que logró sacar a ‘The King’ su enfado en una conversación post-partido mientras el alero se dirigía al autobús. Para entender el contexto, merece la pena transcribir el diálogo para comprender cómo explotó ‘Bron’ al final de la breve charla con el reportero, que le preguntó sobre la indecisión de los Lakers a la hora de utilizar los dos ‘picks’ de draft de primera ronda que le quedan en una posible operación. El tono del ‘6’ fue subiendo.
-Pregunta del periodista: Verle a usted y al equipo jugando tan bien (los Lakers suman cinco victorias consecutivas), me hace preguntarme cómo van las conversaciones estos días con Rob Pelinka (Presidente de Operaciones de la franquicia) y Jeannie Buss (la propietaria de los Lakers) en términos del roster. ¿Cuál es su mensaje, cómo va la comunicación?
-Respuesta de LeBron: Tío, escucha, yo juego el partido. Me preocupo sobre quien está en el vestuario. No es mi…no es mi trabajo. No puedo hacer el trabajo de nadie más.
-Pero, LeBron, usted, con 38, está haciendo cosas que nadie antes ha hecho.
-Lo sé.
-Y la idea de que el equipo mantenga los ‘picks’ y espere hasta el año que viene…
-Bueno, si vosotros chicos lo sabéis, entonces lo sabéis. Lo sabéis chicos. No necesito hablar sobre ello. Lo sabéis.
-Pero si usted se mantiene callado, entonces, ¿el tiempo va a seguir pasando, no?
-Escucha, vosotros lo sabéis. No es una ciencia exacta. No es una ciencia exacta.
“No puedo hacer el trabajo de nadie más”
-¿Pero avanza la conversación? (con la dirección y la propiedad)
-Estoy trabajando. No tengo tiempo. Estamos jugando cada día, tres de las últimas cuatro noches. No tengo tiempo…
-Cierto, pero hemos recibido llamadas por teléfono. Nosotros podemos llamar a la gente.
-Escucha, estoy haciendo mi trabajo. Es todo lo que puedo hacer.
-Pero, ¿cómo está su nivel de paciencia? ¿Le está molestando ese aspecto de la situación?
-Ellos hacen lo que sienten que es mejor para la franquicia.
-¿Cómo se siente sobre ello?
-Estoy haciendo lo que es mejor para mis chicos en el vestuario. Eso es todo lo que me preocupa.
Y, al final, LeBron se quitó la máscara. “¡Vosotros sabéis lo que mierdas debería estar pasando! ¡No necesito hablar!”, gritó ‘The King’ cuando la conversación moría en un comentario que se oyó desde los 6 metros atrás en los que se había quedado Amick.
Quizá tratándose de retractar de sus palabras, consciente seguramente de que la exteriorización de su enfado puede alterar la armonía actual de la que disfrutan los Lakers tras cinco victorias consecutivas, LeBron se pronunció en Twitter. El alero, citando el link de la conversación publicó lo siguiente:
“Hey Sam, de hecho, no he perdido mi paciencia. Haces que suene como que estoy frustrado cuando en realidad no lo estoy. Te lo dije una y otra vez, mi trabajo está centrado en los chicos en el vestuario, mi trabajo no está en el roster. Esa es la realidad de esa conversación. Y dije lo que dije”, matizó ‘The King’, en desacuerdo con el titular del artículo de ‘The Athletic’. “LeBron, cansado de esperar por los movimientos de los Lakers. Lo que nuestra conversación reveló”.
El alero, además, agregó otro comentario más con un cierto tono irónico: “Máximo respeto y tranquilidad porque ese es el estado de ánimo en el que estoy. ¡De nada!. Una racha de cinco victorias consecutivas”, recordó LeBron.
La franquicia, urgida además por las bajas por un mínimo de dos semanas de Loonie Walker IV y Austin Reaves, se está moviendo en el mercado, pero con agentes libres. Tylor Dorsey, cortado por los Mavericks, está entrenando en las instalaciones de la franquicia y podría firmar un contrato de 10 días en los próximos días mientras el periodista Chris Haynes aseguró que DeMarcus Cousins empezará a entrenar esta semana con los Lakers.
LeBron, al lado de Anthony Davis
No obstante, la realidad es que sigue la indecisión en los Lakers en cuanto a invertir esos dos picks de draft de 2027 y 2029 en este mercado para obtener un jugador de caché para reforzar una plantilla muy justa para ir a play-offs por mucho que la dinámica actual sea positiva. Desde Los Ángeles se ha apuntado que en la organización se contempla la posibilidad de no ‘gastarlos’ esta temporada a menos que se obtenga una estrella que convierta a los de púrpura y oro en un contendiente real al título. A pesar de la evidente falta de tiro y de la incertidumbre sobre el regreso de Anthony Davis, baja indefinida con una lesión por estrés en su pie.
El cambio de postura con respecto a Russell Westbrook, además, deja a los Lakers con esas selecciones de draft como único capital que ofrecer en un posible intercambio. El impacto de ‘Russ’ en su nuevo rol desde el banquillo, batiendo incluso récords de la franquicia y de la NBA como suplente, ha hecho repensar a la organización de California su determinación por quitárselo de encima a pesar de que los 47 millones que cobra esta temporada fueron un importante limitante en verano a la hora de reforzar el roster (y lo sigue siendo).
Russell Westbrook está ayudando a LeBron esta temporada mucho más que la pasada
La decisión firme de los Lakers por dar perdida esta temporada que supondría no fortalecer el equipo con algún jugador significativo choca con la obsesión de LeBron por no volver a ver los play-offs desde el sofá otro curso más.
Pelinka dijo a principios de temporada que estaban dispuestos a hacer cuanto hiciera falta por rodear bien ‘Bron’ tras renovarle hasta 2024 -con una opción de jugador para el siguiente curso-, pero el mensaje estará claro si no mueven un dedo por traer ningún refuerzo de renombre: dejar ir a LeBron, sacar todo lo que se pueda con él al tener contrato vigente en una posible megaoperación para empezar de nuevo sin él. El ‘deadline’ del mercado invernal para el que justo falta un mes -9 de febrero-, desenmascarará definitivamente a la franquicia, dejará claro a ‘The King’ a qué juegan estos Lakers en los despachos.