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Rajoy advierte a Casado de que si llega al poder tendrá que hacer una reforma de las pensiones: “No te va a quedar otra”

Nadie habría dicho este lunes que entre ellos hay una relación distante. Que apenas quedo rastro de marianistas en el PP de Pablo Casado. Y que el líder del PP asumió la presidencia del partido con el objetivo de rearmarlo ideológicamente, porque entiende que Mariano Rajoy lo vació de ideas por una visión demasiado tecnócrata del poder. Nada se percibió de todo ello en la apertura de la convención nacional del PP, que Casado había decidido que inaugurara Rajoy en Santiago de Compostela. Ambos dejaron de lado sus diferencias y escenificaron sintonía y complicidad, con halagos mutuos y sin reproches. Para evitar arenas movedizas, el PP pidió a Rajoy que centrara su conferencia en su gestión de los efectos de la crisis financiera de 2008. Y él se ciñó al guion. En tono profesoral, el expresidente dejó varios consejos y advertencias a Casado en caso de que llegue al poder. Le alertó de que España sigue necesitando reformas, y que tendrá que abordar una nueva reforma de las pensiones: “Supongo que tendrás que cambiar otra vez la ley, y lo mismo te hacen una huelga”, le dijo a Casado como una confidencia en uno de los pocos mensajes que no leyó de los papeles que llevaba garabateados. “Pero no te va a quedar otra”.

Se refería Rajoy a que, cuando gobierne, el PP debería derogar la reforma del Gobierno de Pedro Sánchez que ha eliminado el llamado factor de sostenibilidad de las pensiones, y las ha indexado de nuevo al IPC. Rajoy insta a Casado a volver a su modelo, el que aprobó su Gobierno en el año 2013 con esa fórmula que adaptaba la jubilación a la situación de las arcas del Estado y a la evolución demográfica del país. “La reforma que se ha hecho de las pensiones es un error”, se quejó el expresidente popular citando el factor de sostenibilidad que ha derogado el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos. “Lo único que va a servir es para que haya que cambiar dentro de poco otra vez la ley”. “Creo que la reforma que se había hecho [por parte del PP] era razonable, y había que seguir profundizando en ella”, pidió. Rajoy insta a Casado a volver al modelo anterior a pesar de que hacerlo pueda ser impopular.

Casado quería evitar por todos los medios cualquier polémica con los dos expresidentes del Gobierno del PP que eclipsara su puesta de largo, y por eso les terminó concediendo protagonismo en la convención, aunque por separado y en los actos previos. Rajoy aceptó la invitación para inaugurar el cónclave en su tierra, Santiago, antes que José María Aznar, que intervendrá el jueves en Sevilla. Quizá por eso, porque se le reservó el primer discurso de la semana de actos, Rajoy fue conciliador y se esforzó en dejar claro su respaldo a Casado. Toda la puesta en escena estaba cuidada para representar sintonía: ambos entraron juntos, acompañados del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a ritmo de A sky full of stars (un cielo lleno de estrellas) de Coldplay, y posaron para las cámaras entre sonrisas. Rajoy dio por hecho que Casado llegará al Gobierno y le llamó varias veces “presidente”. “Nosotros dejamos el país mejor, sin ánimo de presumir”, defendió, antes de pronosticar que el PP volverá al poder. “Me temo que no hay dos sin tres, pero será por el bien de España”. Casado recogió el guante. “Me temo que sí, que tendremos que volver a arreglar España pronto”, dijo a la salida del acto, ufano por el respaldo del expresidente.

El líder del PP le devolvió el favor y reivindicó su gestión, a pesar de que en el PP el legado de Rajoy es conflictivo, por el problema catalán y el nacimiento de Vox tras su mandato. “Dejaste un país mejor que el que habías encontrado”, le dijo Casado.

A partir de ahí, Rajoy dejó algunos mensajes cargados de intención. El expresidente aconsejó a su sucesor, si es que termina gestionando una crisis económica como tuvo que hacer él, que se olvide “de eslóganes, la demagogia y el sectarismo”. Y dio una lección de realpolitik con enfoque tecnócrata del que tanto recela el PP ideológico de Casado. “Nosotros subimos impuestos a los 10 días; no quedaba otra”. “Y tuvimos que nacionalizar la banca”.

Alejado por completo de la política desde su salida del Gobierno por la moción de censura que ganó Pedro Sánchez en 2018, Rajoy mantiene su estilo socarrón y relajado. “Señor presidente, estoy muy honrado de estar aquí, pero tengo que cumplir mi palabra”, dijo para terminar su exposición, porque le habían pedido que se ajustara a 30 minutos. “Y con toda la razón”. Media hora de charla después, con su respaldo al joven líder del PP con el que no tiene sintonía, Rajoy abandonó el recinto apresurado. Se excusó y no se quedó a comer.

Feijóo: “No debemos caer en las trampas del populismo”

Sentado en primera fila tras la conferencia de Rajoy, Casado escuchó más consejos y advertencias en la mesa redonda que sucedió a su charla con el expresidente. El presidente gallego Alberto Núñez Feijóo dialogó con el vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas, del Partido Popular Europeo, y ambos dejaron reflexiones que sonaban a mensajes a navegantes sobre la lucha contra el populismo. Feijóo fue claro en pedir al PP “no caer en las trampas del populismo”. El barón gallego instó a su partido a no ceder en “postulados nostálgicos, insolidarios, reaccionarios”, en planteamientos xenófobos ni en “la desconfianza hacia las instituciones europeas”, en referencia velada a Vox, aunque no lo citó.

El político griego también fue contundente instando a no dialogar con leos populistas. “Lo que vence al populismo es la buena política. No se puede vencer dialogando con ellos de valores, porque no les importa tanto. Les importa solo la demagogia”, advertió en perfecto español Schinas, casado con una española. “El populismo se gana con políticas serias. También atacando algunos de los temas que ellos quieren instrumentalizar para hacernos daño, como la inmigración y la seguridad”.

Ante un dirigente europeo como Schinas era inevitable también que en la convención del PP salieran a relucir las elecciones de este pasado domingo en Alemania, aunque no han supuesto una buena noticia para Casado. Feijóo utilizó la victoria del socialdemócrata Olaf Scholz, vicecanciller y ministro de Finanzas del Gobierno de Angela Merkel, para apostar por el entendimiento entre las dos familias políticas. “¿Por qué en España estamos tan despistados y tememos un Gobierno tan sectario? Nuestros socios europeos están marcando el camino”, se preguntó Feijóo, antes de defender que “los grandes partidos se pueden entender”. Sin embargo, su partido mantiene una brecha total con el PSOE, con el que no ha sido capaz de pactar la renovación del Poder Judicial y de otras de altas instituciones.


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