Hablar de Ramón García es pensar en Ana Obregón y recordar los años en los que fueron la pareja de presentadores del momento gracias al ‘¿Qué apostamos?’. Dos comunicadores que convertía en éxito cada uno de los programas que conducían juntos, incluyendo las campanadas en TVE. Y aunque han pasado más de tres décadas desde que terminara ese ‘romance televisivo’, los dos continúan manteniendo una gran amistad que sigue intacta. Por eso el presentador vasco ha sentido como propia la pérdida de Álex Lequio y se ha convertido en uno de los apoyos fundamentales que tiene su gran amiga en estos difíciles momentos en los que están aprendiendo a asimilar la muerte de su único hijo. El comunicador visitaba este fin de semana el programa ‘Liarla Pardo’, donde le contó a la periodista Cristina Pardo, cómo había vivido la pérdida del joven y cómo fueron has horas posteriores cuando pudo hablar con Ana. Minutos antes del comienzo de su programa en Castilla La Mancha televisión, el presentador había escrito un mensaje a su amiga para saber cómo se encontraba su hijo. Dos horas después le comunicaban la noticia que fue un auténtico jarro de agua fría como así lo explicaba: “Hice el programa como pude y me fui a casa con el disgusto”.
Aún asimilando la noticia, ‘Ramontxu’ llamó a Ana Obregón, que para su sorpresa le cogió el teléfono. “Los primeros 20 minutos estuvimos los dos en silencio, llorando juntos sin parar. No se puede hacer otra cosa”. “Perder a un hijo es el peor golpe que se puede tener, va contra natura”, decía emocionado, pero también quiso destacar el carácter de su amiga. “Ana saldrá, porque aunque tiene muchas cosas en contra, también tiene muchas a favor y es fuerte”. Ramón García comentaba también la carta publicada por Ana en su Instagram, casi tres semanas después del fallecimiento de su hijo. “Ella lo dice, está muerta en vida, pero saldrá”.
El cariño del bilbaíno hacia su eterna compañera es más que evidente y también repasó con Cristina Pardo cómo fueron sus comienzos junto a ella con quien enseguida tuvo una gran complicidad que traspasaba la pantalla cada vez que estaban juntos frente a la cámara. “Ella era la estrella y yo estaba empezando, pero rápidamente entendió cómo era yo, y yo entendí cómo era ella”, recordaba. “Era trabajar, mirarnos y ya sabíamos lo que teníamos que hacer. Eso trascendió a lo profesional”, confesaba con una sonrisa. Este cariño con el que Ramón García habla de Ana Obregón es común a otros compañeros de profesión con los que ha trabajado la polifacética actriz a lo largo de más de tres décadas de carrera profesional. Así lo demostraban los miles de mensajes de apoyo aparecidos en redes sociales, minutos después de que se conociera la triste noticia de la muerte de Álex Lequio.
Mientras que Alessandro Lequio regresaba al trabajo hace una semana, Ana Obregón permanece recluída en casa de una de sus hermanas. Hasta allí se ha trasladado el conde italiano prácticamente a diario junto a su mujer, María Palacios, para sobrellevar juntos estos primeros días sin su hijo. Las familias de ambos han hecho piña entorno a ellos y no les han dejado solos en ningún momento. Hasta Barcelona se trasladaron Celia y Amalia, las hermanas de Ana, a las pocas horas de que los especialistas les comunicaran a sus padres el fatal desenlace. Juntos hicieron el viaje de vuelta, juntos arroparon a Alessandro y a Ana en el sepelio y así continúan, intentando paliar el inmenso dolor de toda la familia.