Se metió a la afición del Athletic en el bolsillo en un abrir y cerrar de ojos. De ‘enemigo público’ en San Mamés pasó a ser ‘uno de los nuestros’ a base de sudar la camiseta rojiblanca, bilbaína en este caso, y ya lleva cinco temporadas como león. Raúl García (Iruñea, 11-07-1986) ejerce de unos partidos a esta parte como delantero centro con Williams desplazado a banda. El equipo de Garitano funciona mejor desde entonces.
¿Cómo se hace para que socios del Athletic que decían que se iban a borrar si le fichaban sostengan ahora que usted les representa?
Tampoco es algo que lo busque. Siempre me he informado antes del sitio donde voy, de si puede cuadrar con mi forma de ser y mis valores, y tenía claro que aquí iba a ser así, que las cosas iban a salir por su propio pie. Estoy contento de cómo va.
¡Incluso tiene ya el Trofeo Corazón de León!
Eso es un apoyo al trabajo que estás haciendo. Soy de los que no busca focos, reconocimiento. No lo necesito, pero cuando vienen es una forma de convencerte de que lo que estás haciendo bien y de seguir por ese camino.
¿Se imaginaba siendo capitán del Athletic en El Sadar algún día?
Tengo mucho respeto a lo que significa llevar un brazalete. Para mí no es un símbolo más. En el Atlético también tuve la suerte de poder llevarlo. En Pamplona era muy joven y no. Es algo que me llena de más compromiso, de más responsabilidad.
Tengo mucho respeto a lo que significa llevar un brazalete. Para mí no es un símbolo más
¡Pero justo ‘debutó’ como capitán del Athletic de inicio en El Sadar!
Son coincidencias. El fútbol te muestra situaciones a veces que en un principio no te puedes plantear. Yo lo llevo todo con la mayor normalidad.
¿Le extrañó jugar en Pamplona con la camiseta del Athletic?
Más que extraño siempre he dicho que cuando voy allí tengo la sensación de volver a casa. Para mí Pamplona es un sitio especial a nivel futbolístico y personal. Al estar tantos años allí he ido aprendiendo y me han dado mucho. Muchas cosas de las que estoy consiguiendo ahora es gracias a ello. Es bonito volver a casa.
Marcó un gol en El Sadar, luego anulado, y no acabó de celebrarlo.
Ya comenté que es un tema, entre comillas, de poca importancia, pero es una señal de respeto. Está claro que yo quiero marcar porque al final es beneficio para mi equipo y para mí, pero no quiere decir que por eso no tenga que tener el reconocimiento a un club que me ha dado todo lo que me ha dado.
¡A Kenan le pasó algo parecido!
Cada uno es libre de actuar como quiera. Todo es respetable, cada uno lo hace a su forma.
¿Gol bien anulado el suyo?
Hay que creer que sí. El VAR es una herramienta que a mí sí me gusta, aunque no me gusta cómo se está utilizando. Se está perdiendo mucha salsa de lo que son los goles. Hoy en día haces un gol y tienes que esperar a ver si puedes celebrarlo o no. Es una herramienta que busca la justicia en lo deportivo y hay que confiar en ella.
¿Estaba en fuera de juego?
Habrá que confiar en lo señalado. No hay que debatir cosas que no podemos cambiar.
Decía alguien en Twitter, con humor, que si en vez de ser usted el que recibe el balón hubiese sido Txato Núñez; ni el VAR hubiese dado fuera de juego.
Me pilla mirando para el lateral (entre risas) entonces, si es por lo de la nariz, no hay dudas. Sí es verdad que es muy justo y al final fuera de juego se pita por la ventaja que puedas sacar y en ese caso no hay ninguna ventaja.
¿Ganar fuera a Osasuna supone ese pasito hacia delante que necesitaba el quipo?
Ya dije que el equipo estaba haciendo mejor las cosas fuera de casa desde antes. No en partidos como en Vigo, que evidentemente no puedes sacar adelante porque no haces nada de lo que propones; pero sí en partidos como en Villarreal, donde el equipo estuvo bien. Merecer ganar ya es otra cosa, pero sí habíamos dado un paso hacia delante porque sabíamos que podíamos dar más. El otro día, en un campo complicadísimo, el equipo estuvo a la altura.
Hay que creer que el gol estaba bien anulado. El VAR es una herramienta que a mí sí me gusta, aunque no me gusta cómo se está utilizando
¿Sabía que a Sancet pisó El Sadar con el equipo de su colegio, tras ganar un torneo interescolar, antes de un partido en el que Mendilibar era el entrenador rojillo y usted suplente?
Al final se repite un poco la historia que vamos viviendo. A mí me pasó exactamente lo mismo en otro partido en El Sadar. Fuimos a recoger un premio estando gente que luego han sido mis compañeros. La juventud, afortunadamente, va viniendo y aportando eso que nosotros en su día hicimos. Es bonito a la vez que importante.
¿Usted ya tenía referencias de Sancet?
De Oihan ya se iba escuchando hace un par de años, lo típico de jugadores que van viniendo; pero tampoco tenía más referencia que eso.
¿Vio bien al chaval el pasado domingo en El Sadar?
Sí porque es un campo complicado. No es fácil jugar allí, tener soltura y Oihan uno de los puntos fuertes que tiene ahora mismo es que no tiene esa responsabilidad y esa exigencia que quizás tienes cuando ya llevas más años en Primera. Nos está dando cosas que al equipo le vienen bien.
¿Qué supuso para usted que no jugase el domingo con Osasuna su amigo Oier?
He compartido muchos años con él y por un lado está claro que nos benefició porque da mucho a Osasuna y, por otro, siempre te gusta enfrentarte a gente que conoces.
La mejoría coincidió un poco con ese cambio (de posiciones), pero no creo que haya sido por eso. El equipo ha seguido trabajando igual, quizás hemos estado más acertados en momentos determinados
¿Hubiesen saltado chispas?
Somos los dos muy nobles (entre risas) con lo cual nunca hay problema.
El Athletic pasó hace unas jornadas por un bache de resultados, minicrisis o como quieran llamarlo. Una mala racha que se solucionó en el preciso instante en que Garitano le situó a usted de delantero centro con Muniain por detrás y Williams en banda. ¿Casualidad?
El equipo estaba tranquilo porque hacía las cosas bien. La mejoría coincidió un poco con ese cambio, pero no creo que haya sido por eso. El equipo ha seguido trabajando igual, quizás hemos estado más acertados en momentos determinados y las posiciones al final es un tema de ayudar al equipo, de intentar sacar el mayor beneficio.
¿Se siente más a gusto en esa posición de falso nueve?
Al final es lo que me toca y yo intento hacer lo que el míster me pide. Si cree que estoy aportando ahí, es lo que vale.
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