Raúl García, esta temporada.Quality Sport ImagesA Javier Clemente le destituyeron a distancia del Athletic. Estaba en Benasque, de pretemporada, cuando el club fichó a Javi Martínez, todavía juvenil: “He pedido a Raúl García y me traen a un chavalín al que no conozco. Como si pido pan y me traen nocilla”. Se equivocó el técnico, porque el chavalín aportó un rendimiento mayúsculo, pero no andaba nada descaminado con su petición. Años después, Raúl recaló en el Athletic de Ernesto Valverde, procedente del Atlético, y sigue aportando el carácter que demandaba Clemente a sus futbolistas.Cuando llegó a Bilbao, nadie dudaba de que su compromiso y su aportación al juego del Athletic podían resultar fundamentales. No quiso besarse el escudo para la fotografía, pero se enfundó de inmediato el mono de trabajo. En su debut, anotó su primer gol con la camiseta rojiblanca y las gradas de San Mamés, que le habían odiado y admirado casi a partes iguales, olvidaron a la primera su animadversión. Sus compañeros (y la afición) se dieron cuenta enseguida de que es un futbolista al que es mejor tener en el bando propio que en el rival. “Siempre me he informado antes del sitio adonde voy, de si puede cuadrar con mi forma de ser y mis valores, y tenía claro que aquí iba a ser así, que las cosas iban a salir”, decía en una entrevista. No le costó convertirse en un líder del vestuario, ni asociarse con Aduriz a la hora de enfrentarse a los rivales e incluso al árbitro si era necesario. “Me gusta estar en contacto. No me llevo mal con ellos. Si no sacan tarjetas será por algo”, asume el bombardero de Zizur.Su llegada al Athletic planteó un presunto problema de incompatibilidad con otro navarro, Iker Muniain, pero los dos resultan imprescindibles para el juego del Athletic, así que Valverde primero y después Ziganda, Berizzo y Garitano tuvieron que resolver el rompecabezas de diferentes maneras, casi siempre desplazando a uno de los dos a la banda. La última solución, con la despedida de Aduriz, fue la de situar a Raúl García como teórico delantero centro, con Muniain de mediapunta. Nunca cuestionó las decisiones; las asume con disciplina. Como hacía en el Atlético de Simeone.Relevo de AdurizY la marcha de su compañero de fatigas no le ha sumido en la depresión, ni mucho menos. Aunque el 22 rojiblanco, que cumple 34 años el día de San Fermín, no es un ariete de vocación, se ha convertido en el máximo goleador del Athletic, con 13 tantos, a solo dos de Gerard Moreno, el futbolista español que más ha marcado en LaLiga. Es su mejor registro como futbolista de Primera División desde hace ocho temporadas.Ha sumado 94 goles en 481 partidos ligueros: 48 con el Athletic, 26 con el Atlético de Madrid y 20 con Osasuna. El doblete del pasado miércoles en Mestalla, con un golazo en el comienzo de la segunda parte, le dio al Athletic una cómoda victoria frente al Valencia. En su carrera, ha conseguido 19 goles desde fuera del área, 11 de ellos con la zurda, aunque él sea diestro. Además, es un goleador cuatro estaciones, el primer futbolista de Primera División en marcar un tanto en el mes de julio, y también el primero en la historia de LaLiga que ha marcado al menos un gol en todos los meses del año. Quiere seguir haciéndolo, frente a un rival, el Real Madrid, al que nunca ha conseguido anotar. De los 20 equipos de Primera, incluido el Athletic, ha sumado ante 19. Le queda el conjunto blanco. Sólo le ha marcado un gol, de penalti en 2014, en la Copa, con el Atlético. “Cada año quiero hacerlo mejor y es lo que me da ese hambre que tengo”, asegura.
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