En este verano de pocas llegadas y significativas salidas en el Real Madrid,sin embargo, están cambiando muchas cosas. Sobre todo en defensa. Sin Zidane, sin Sergio Ramos, y presumiblemente sin Varane, el cual está cada día más cerca del Manchester United, en el conjunto blanco ha quedado una herida en esa parcela del campo que es muy difícil de cicatrizar en poco tiempo.
Los elegidos para intentar hacerlo son David Alaba (zurdo, 29 años) y Eder Militao (diestro, 22 años). Así, con un veterano y un joven, es como el conjunto blanco se dirige hacia un horizonte en el que la defensa, como ya se ha visto en tantos y tantos proyectos fallidos, es fundamental para cosechar éxitos. Algo cuanto menos arriesgado.
De hecho, los más recientes del Real Madrid han sido gracias a la consolidación de Varane y Ramos. Una vez los dos encontraron la fórmula, empezaron a coleccionar Champions. Todo lo que le faltó anteriormente a sus antiguos compañeros tras la marcha de Fernando
Hierro y Manolo Sanchís en la que el Real Madrid ’deambuló’ por Europa con infinidad de centrales sin encontrar el indicado (Raúl Bravo, Woodgate, Helguera, Cannavaro, Pepe…).
Falta de liderazgo
Y es que, en una mezcla de soberbia y realidad, el seno madridista se jacta habitualmente de que para jugar de blanco no vale cualquiera. Hay que tener un carnet especial que no se consigue en ningún otro equipo y que solo el Madrid lo puede otorgar. ‘This is Grandeza’ reza el lema de esta temporada.
Por ello, resulta llamativo que en una temporada tan determinante como la que viene, en la que en el Bernabéu se está obligado a ganar títulos después de una sequía, sean dos jugadores con poco bagaje en el club, los que vayan a comandar la defensa desde el primer minuto. Sin liderazgo.
Muy claro lo debe tener Ancelotti y mucha personalidad, que la tienen, deben poseer el austriaco y el brasileño, pues estarán observados con lupas desde el principio y expuestos a la crítica si, finalmente, sus engranajes no encajan y la maquinaria se resiente.
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