El caso Red Bull está a punto de cerrarse. La FIA anunció hace semanas que el equipo de las bebidas energéticas superó el límite presupuestario de 2021 de forma “leve”. En el reglamento se entiende como “infracción leve” superar en menos de un 5% el total del límite de gasto permitido de 145 millones de dólares, es decir, hasta 7 millones. Mercedes y Ferrari se quejaron de forma airada por esta infracción. En Mercedes dejaron claro que Red Bull pudo mejorar más que ellos el monoplaza y Hamilton aseguró que con solo 300.000 dólares más podía haber llevado un alerón o alguna pieza nueva al final de curso que pudo haber cambiado el desenlace de aquel apretado Mundial que se llevó Verstappen. Sin embargo, se especula que Red Bull superó ese techo en 1.8 millones y el equipo argumenta que se trataron de cuestiones de cátering, los gastos de alimentación de los empleados que no estaban bajo el límite, los problemas de pago por enfermedad y despido y otras no relacionadas con la competición. Horner se defendió asegurando que nada de ese dinero sirvió para mejorar su coche de 2022 ni para la creación del coche de 2023. Tras tanta polémica, la patata caliente estaba en manos de la FIA, y en este GP de México de F1 está todo cerca de solucionarse.
Hace una semana, la FIA presentó una propuesta de acuerdo de sanción a Red Bull por superar ese límite de costes en el GP de Estados Unidos. Estaba previsto que Horner, jefe de Red Bull, se reuniera con Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, en Austin, pero el encuentro se pospuso por el fallecimiento del propietario de Red Bull, Dietrich Mateschitz.
Aceptar el acuerdo suponía para Red Bull acatar una sanción menor, pero a su vez, admitir que infringieron la normativa ante la opinión pública, algo que siguen defendiendo que no hicieron y que todo depende de la interpretación que se haga de un reglamento demasiado complejo en su primer año de aplicación. No aceptarlo suponía llevar el caso a un panel de adjudicación que podía haberle costado a Red Bull un castigo mayor. Por lo tanto, según Autosport, Red Bull habría decidido aceptar dicha propuesta de culpa.
La sanción se conocerá este viernes
A falta de conocerse la sanción final que se le aplicará a Red Bull, que según la ‘BBC’ se anunciará este viernes, se especula con que la firma de este acuerdo le conlleve una penalización con la reducción de su tiempo permitido de túnel de viento en 2023, algo que le podía afectar en el desarrollo de su coche del año que viene. No obstante, muchos recuerdan que Red Bull ya dispone de un coche ganador, el mejor monoplaza de 2022, por lo que dicha sanción podría ser demasiado leve y poco ejemplar. Red Bull, como ganador del Mundial de 2022, ya era el equipo con menos tiempo de túnel de viento para 2023 y ahora lo vería reducido aún más.
Por otra parte, se espera también que Red Bull reciba una sanción económica por superar ese techo presupuestario y por cometer una infracción de procedimiento.