LA HABANA — Ivette Garrido se apresuró la semana pasada a conseguir las 13 libras de pollo subsidiado que el gobierno de Cuba le asigna a su familia y los puso en el congelador, feliz de tener carne para sobrevivir al huracán Ian.
Ahora está considerando darle el pollo a sus tres perros antes de que se estropee, ya que un gran apagón causado por la tormenta se extiende más de dos días y todo en su congelador se descongela en medio de temperaturas abrasadoras.
El gobierno no ha dicho qué porcentaje de la población permanece sin electricidad, pero las autoridades eléctricas dijeron que solo el 10% de los 2 millones de habitantes de La Habana tenían electricidad el jueves.
“No la estamos pasando muy bien, tratando de sobrevivir, de que no se descongele”, dijo Garrido, quien vive con su madre y una hija de 19 años en la localidad de Cojimar, en las afueras de La Habana.
Cientos de miles de cubanos enfrentan situaciones similares. Ian cruzó el oeste de Cuba el martes antes de dirigirse al norte hacia Florida.
Inicialmente cortó la energía en algunas provincias, pero los problemas se agravaron y pronto la red eléctrica colapsó en todo el país, afectando a 11 millones de personas, la primera vez que se recuerda un apagón total.
La tormenta también dejó tres muertos y daños aún no cuantificados.
La electricidad volvió en algunas partes de Cuba el miércoles, mientras que se encendió y luego se apagó en otras partes. Los expertos dijeron que el apagón total mostró la vulnerabilidad de la red eléctrica de Cuba y advirtieron que requerirá tiempo y fuentes, cosas que el país no tiene, para solucionar el problema.
Las autoridades se han comprometido a trabajar sin descanso para abordar el problema. Media docena de habaneros entrevistados por The Associated Press el jueves estaban tensos por la falta de electricidad, que también los ha dejado sin agua ya que los motores eléctricos accionan las bombas que llevan el agua a sus grifos.
Muchos hogares no pueden cocinar porque usan estufas eléctricas luego de una campaña de las autoridades para eliminar las estufas artesanales.
“Nunca hemos estado tanto tiempo sin electricidad”, dijo Garrido. “Lo ponen a las 24 horas, a las 36, pero ya han pasado más de 48. Es criminal. ¿Quién es responsable de esto?”
Ha colocado botellas de agua helada que había estado en el congelador junto al pollo, junto con algo de carne de cerdo y salchichas, para intentar que la carne se conserve más tiempo.
Un ventilador y un televisor también esperan el regreso de la electricidad.
Las llamadas de AP a una docena de personas en las principales ciudades de Cuba -Holguín, Guantánamo, Matanzas, Ciego de Ávila, Camagüey y Santiago- encontraron problemas similares a La Habana, y la mayoría informó que sus vecindarios aún no tenían electricidad.
Las autoridades dicen que el apagón total ocurrió debido a una falla en las conexiones entre las tres regiones de Cuba -oeste, centro y este- provocada por los vientos de Ian. El sistema eléctrico de Cuba “ya estaba en un estado crítico e inmunocomprometido como consecuencia del deterioro de las termoeléctricas.
El paciente ahora está en soporte vital”, dijo Jorge Piñón, director del programa de América Latina y el Caribe del Centro de Política Internacional Energética y Ambiental de la Universidad de Texas.
Estar interconectados “es la analogía perfecta del efecto dominó en el que tiras una ficha de dominó y golpeas a todas las demás en una reacción en cadena”, dijo, refiriéndose a cómo una falla en una parte del país pronto afectó a todo el país.
Cuba sufre una crisis económica, producida por una combinación de sanciones de Estados Unidos, los efectos de la pandemia de la COVID-19 e ineficiencias.
El PIB de la isla se desplomó un 11 % en 2020 y creció un 1.3 % en 2021. Los cubanos ya vivían con apagones programados. Cuba cuenta con 13 centrales de generación eléctrica, ocho de las cuales son termoeléctricas tradicionales y cinco centrales flotantes alquiladas a Turquía desde 2019.
También hay un grupo de pequeñas centrales distribuidas por todo el país desde una reforma energética en 2006. Pero las plantas están mal mantenidas, un fenómeno que el gobierno atribuyó a la falta de fondos y las sanciones de Estados Unidos.
Las complicaciones en la obtención de combustible también son un problema.
“Lamentablemente será un largo proceso de recuperación que también tendrá que cubrir el déficit de generación que ya existía antes del huracán, todo esto a un alto costo económico que el país no puede afrontar”, dijo Piñón.
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