El Valencia de Marcelino
García
Toral cambiará este jueves su habitual táctica en las remontadas para lanzarse al ataque ante un Arsenal con ventaja tras el 3-1 de la ida pero débil en defensa y presionado. “Soy partidario de la inteligencia y de la paciencia (su fórmula habitual en estas circunstancias) pero eso no está reñido con el atrevimiento, la alegría, la intensidad y con atacar permanentemente la portería rival cuando tengamos el balón”, apuntó. “Vamos a atacar, tenemos que atacar y en cada opción tenemos que buscar la portería“, apuntó por si quedaba alguna duda.
El asturiano ve fe en los suyos. “Vamos a afrontarlo con el convencimiento de que podemos ganar, ese convencimiento me lo transmiten los futbolistas, con palabras, mirada y forma de actuar. Estoy absolutamente convencido”, señaló. De hecho el discurso de los jugadores va en la misma línea. “El equipo va a salir a morder, a por todas, con muchísima intensidad y con ganas de llegar a otra final. Lo más importante es creer que se puede y los jugadores creemos”, señaló Gayà.
El lateral fue el encargado de transmitir una última llamada a los seguidores. “Mestalla tiene que jugar un papel fundamental, los necesitamos y estoy seguro de que no van a fallar”, apuntó. “Noventa minutos se le van a hacer muy largos al rival”, auguró.
Aunque el asturiano mantuvo la defensa del 5-3-2 que utilizó en Anfield parece que, al menos de inicio, recuperará su habitual 4-4-2 con Coquelin, sancionado en la ida, como complemento de Parejo.
Además del acceso a la final y de la posibilidad de mantener abierta la opción de ganar un título y de conseguir por esta vía el pase a la Champions, el ganador del choque se embolsará otros 4,5 millones de euros, una cantidad nada desdeñable para las maltrechas arcas del club.
La Champions y el pasado
Los ‘gunners’, a diferencia del Valencia, llegan conscientes de que después de su último tropiezo en la Premier esta es la única vía que les queda para ir a la próxima Champions. Pero el vasco, que insistió en que el cruce está “al cincuenta por ciento”, dijo que deben tratar de que eso no les afecte. Él tratará de que tampoco lo haga su particular duelo con la afición local, que fue la suya cuatro años pero parte de la cual no le ha perdonado su alocada celebración en el césped de Mestalla tras eliminar a su exequipo con el Sevilla. “Yo no soy importante para la afición, lo es su equipo y no creo que se preocupen mucho por mí”, dijo.
Ahí le echó un cable Marcelino que recordó su “extraordinario” trabajo en la entidad pero sobre todo dijo que a él le podría pasar lo mismo. “Si en el 94 metemos el 2-0 y yo hubiera sido entrenador del Arsenal que me perdone su afición pero pegaría unos brincos que pa’ que”, confesó.
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