Muchas madres que fueron detenidas en estaciones fronterizas de Estados Unidos en los últimos meses reportaron que la salud de sus hijos empeoró mientras estaban bajo custodia, y relataron episodios de fiebre, diarrea y enfermedades respiratorias que —dijeron— no fueron atendidas adecuadamente, de acuerdo con una encuesta de un grupo legal sin fines de lucro a 200 mujeres detenidas.
El grupo Dilley Pro Bono Project entregó el cuestionario con 13 preguntas, la mayoría en español, a las madres que fueron detenidas en junio y julio y que buscaban sus servicios, según una copia del reporte.
Las mujeres habían entrado en Estados Unidos entre mayo y julio y estuvieron detenidas en instalaciones fronterizas para después ser transferidas a un centro de detención familiar en Dilley, Texas.
Una ola de familias migrantes que cruzan la frontera sur de Estados Unidos ha abrumado al sistema operado por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Los agentes fronterizos han dicho durante meses que se vieron superados y necesitaban más dinero. Desde las muertes de niños ocurridas mientras estaban bajo custodia, se ha agregado más personal y revisiones médicas.
La CBP no respondió hasta el momento una solicitud de comentarios en relación con el reporte.
Aunque las detenciones se redujeron a partir de septiembre, en los últimos meses había a menudo más de 15,000 personas bajo custodia, cuando la cantidad de 4,000 es considerada una crisis.
La mayoría de las madres dijeron que sus hijos no fueron atendidos por un proveedor de servicios médicos, aunque muchas reportaron niños con fiebre, vómitos y diarrea.
Una mujer dijo que llegó con su hija de 3 años que estaba empapada. No había ropa seca, por lo que la niña durmió en la instalación fría con las prendas mojadas y se despertó con fiebre y congestión. Fueron trasladadas a otro sitio, pero la pequeña seguía enferma semanas más tarde.
Una mujer que cruzó la frontera con su hija de 11 años cerca de McAllen, Texas, señaló que la pequeña fue colocada en una celda al otro lado de la suya. Un día, se dio cuenta de que no llegaba nadie nuevo y las autoridades le comentaron que se debía a una epidemia de una enfermedad parecida a la gripe que se extendió por el grupo.
Las madres atendieron a los bebés enfermos de diarrea sin pañales suficientes, mientras que otras que tenían recién nacidos trataban de mantenerlos a salvo de la enfermedad. A nadie se le permitió ducharse durante al menos cinco días, relataron algunas mujeres, incluso después de que sus hijos estuvieron vomitando.
Los abogados del proyecto han pedido al inspector general del Departamento de Seguridad Nacional que investigue.
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