Madres Paralelas, el drama español de 2021 escrito y dirigido por Pedro Almodóvar, es una mirada inquebrantable a la maternidad, el amor y la pérdida.
de Pedro Almodovar Madres Paralelas expresa maravillosamente los dichosos altibajos de la maternidad, contados con delicadeza a través de la historia de dos mujeres solteras que fatídicamente compartieron una habitación de hospital. La película española combina magistralmente imágenes vívidas y tensión emocional para crear una historia fascinante que evita los clichés, estereotipos y otras trampas habituales del género. Desarmantemente identificable e impredecible, Madres Paralelas es un mirada inquebrantable e inolvidable a la maternidad, el amor y la pérdida.
Madres Paralelas tiene una premisa sencilla, aunque vaga: Janis (Penélope Cruz) y Ana (Milena Smit) provienen de caminos de la vida muy diferentes, pero se unen por su experiencia compartida de dar a luz como madres solteras. Janis es el foco principal y enfrenta desafíos inusuales como madre primeriza. Esto se complica aún más cuando el padre biológico del infante, Arturo (Israel Elejalde), cuestiona la supuesta paternidad del niño. Ana, que es mucho más joven, tiene sus propias dificultades con su nuevo rol, debido a la falta de una vida familiar emocionalmente estable. En ambos casos, el estrés de la crianza de los hijos no es el problema; más bien, estas madres paralelas tienen demonios internos con los que lidiar.
Madres Paralelas es una película exclusivamente femenina. Con la excepción de Arturo, todos los personajes principales y secundarios, al menos los que aparecen en pantalla, son mujeres. Los hombres son predominantemente quintos negocios al interés principal de la trama: las madres y la experiencia materna. Oportunamente, esta es una película profundamente empática que evita el conflicto fabricado por un enfoque mucho más matizado de la narración. La configuración inicial y las escenas de trabajo están hechas con buen gusto, apoyándose en las actuaciones en lugar de crear un conflicto falso con el trabajo de cámara ocupado o la música culminante. El resultado es una historia fascinante que se siente completamente creíble sin dejar de ser impredecible y emocionante.
Penélope Cruz es el corazón y el alma de Madres Paralelas. Cruz es un colaborador frecuente de Pedro Almodóvar, y su familiaridad se nota: el director capta a la perfección cada sutil gesto, mirada y respiración. Cruz brilla como una nueva madre, pero con el tiempo, tiene el aspecto ceniciento y exhausto de una madre soltera que lucha por mantenerse al día con las responsabilidades interminables y profundamente agotadoras de la paternidad. Milena Smit ofrece una contrapartida satisfactoria a Cruz, demostrando su propia profundidad como actriz. La joven de 25 años tiene un papel menor en la narrativa general, pero deja un gran impacto, lo que demuestra que es una estrella en ascenso a la que hay que tener cuidado. La química entre los dos crepita; el hecho de que Smit pueda compartir una escena tan fácilmente con una actriz tan aclamada por la crítica sin ser eclipsado es una hazaña impresionante.
Madres Paralelas fue escrita por Almodóvar, quien hábilmente cuenta la historia a través de su dirección reflexiva y precisa. Cuida cada toma, llenando el encuadre con colores vivos, texturas y patrones. Cada disparo tiene un propósito. Los sentimientos y experiencias de los personajes se comunican de manera experta a través de momentos sutiles: cómo se paran, la distancia entre los personajes, incluso la forma en que la luz cae sobre sus rostros, cada imagen es un microcosmos de la vida interior de los personajes. Es maravillosamente evocador de principio a fin. Uno podría mirar sin audio, sin subtítulos, y aun así estar completamente absorto en la historia. Eso no quiere decir que falte la escritura en sí, sino que la escritura coincide con la cinematografía en experiencia. Hay muchos hilos a lo largo que se entretejen gradualmente en la historia general, y cada revelación, sin importar cuán impactante, se configure previamente, todo mientras desafía constantemente las expectativas de la audiencia. Es un enfoque difícil para la escritura cinematográfica, pero Almodóvar lo logra.
Donde Madres Paralelas se distingue, sin embargo, son sus temas, que elevan la película más allá de ser una historia buena o entretenida. Si bien aparentemente el largometraje trata sobre la maternidad, en un nivel más profundo, se trata de una historia, un destino y un legado compartidos. La relación de Janis con Arturo comienza porque necesita su ayuda para resolver un asunto del pasado de su familia. Ana y Janis se cruzan repetidamente, completamente por casualidad, pero terminan intrínsecamente enredadas, habiéndose unido por una tragedia compartida. Mientras que muchas otras películas ofrecen resoluciones finitas y limpias, Madres Paralelas rechaza esa noción, argumentando que los eventos del pasado pueden definir nuestro futuro de manera impredecible. Es un mensaje maduro para las audiencias y es parte de lo que hace Madres Paralelas una película tan única y encantadora.
Madres Paralelas tiene una duración de 123 minutos y está clasificado como R por algo de sexualidad.