El Palacio de Bellas Artes está bajo una intervención profunda después de 40 años sin recibir un integral mantenimiento, anunció Alejandra Frausto Guerrero, titular de la Secretaría de Cultura.
La funcionaria difundió un video donde, junto a la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Lucina Jiménez, dio a conocer la conservación del patrimonio nacional.
La restauración está siendo supervisada por la subdirección general del Patrimonio Artístico Inmueble y por la dirección de Arquitectura de Bellas Artes, en coordinación con Fomento Social Banamex, con la Fundación Alfredo Harp Helú, y también “con los fondos propios” del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, informó Lucina Jiménez.
“Hemos hecho un gran labor de restauración a través del Plan Nacional de Restauración pero también una intervención muy profunda aquí en Bellas Artes en aquellos espacios que tenían un enorme desorden y olvido: instalación eléctrica y los sótanos”, explicó la secretaria de Cultura.
Asimismo agregó que se le están dando mantenimiento a las cúpulas del Palacio, obra de los arquitectos Adamo Boari y Géza Rintel Maróti.
El material usado a principios del siglo XX para las cúpulas fue importado desde Hungría, el cual está siendo “restaurado, desmontado y lavados a mano”, informó Alejandra Frausto.
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“Estamos recuperando la dignidad de este espacio. Si bien había tenido algunas intervenciones hace 10 años o más, hace 40 años que no se hacía una intervención integral tan importante“, sostuvo la funcionaria.
Asimismo destacó que se está llevando a cabo una restauración de las grandes obras de los muralistas Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Jorge González Camarena, Manuel Rodríguez Lozano y Roberto Montenegro.
Lucina Jiménez señaló que las cúpulas del recinto cultural llevaban 10 años presentando filtraciones de agua, “literalmente, algunas goteras”, que estaban afectando la plancha del Bellas Artes.
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Con los trabajos de restauración, agregó la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, se está garantizando una extensión de vida del Palacio. “Hay una actualización de las tecnologías”, indicó.
Vivimos un momento histórico en la conservación del patrimonio nacional. Informo que estamos realizando una profunda intervención en el @PalacioOficial, dando atención a aquellos espacios olvidados que son importantísimos para el buen funcionamiento del recinto. pic.twitter.com/y5II0B7KUK
— Alejandra Frausto (@alefrausto) February 2, 2022
La pausada construcción del Palacio de Bellas Artes
A principios del siglo XX, como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México y el programa de obras que buscaba embellecer la ciudad, el entonces presidente Porfirio Díaz encargó al arquitecto italiano, Adamo Boari, el levantamiento de un nuevo Teatro Nacional que remplazara al antiguo. Se eligió el predio que ocupaba el Convento de Santa Isabel. El proyecto fue coordinado por la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, y tuvo distintas fases de construcción.
En la primera etapa, de 1904 a 1912, se realizaron los cimientos y el exterior del edificio. Boari siguió los parámetros del “Nuevo Arte Decorativo Moderno”, conocido internacionalmente como Art Nouveau. En la estructura del edificio utilizó acero y concreto, técnica que era considerada novedosa; y revistió el esqueleto metálico de mármol. Las esculturas de las fachadas, todas en mármol de Carrara, fueron encargadas a los artistas extranjeros Leonardo Bistolfi, André Allar y Gianetti Fiorenzo, mientras que las esculturas de bronce de la cúpula fueron diseñadas por el artista húngaro Géza Maróti.
El plazo para concluir las obras era de cuatro años, sin embargo, los trabajos no se finalizaron debido a que las características del suelo no soportaron la estructura del edificio y el presupuesto inicial fue excedido. Finalmente, con el estallido de la Revolución en 1910, la construcción fue interrumpida.
Los trabajos se reanudaron en 1928, con el arquitecto mexicano Federico Mariscal como director de obras. Esta segunda etapa se distinguió por el cambio de estilo en la decoración interior siguiendo los parámetros del Art Déco, así como por el uso de materiales como ónix y mármol. Los detalles de herrería dentro del recinto fueron diseñados por Edgar Brandt, ejemplo de su trabajo son las lámparas que rematan con la representación de Chaac, el dios maya de la lluvia.
De 1932 a 1934, el ingeniero Alberto J. Pani, entonces Secretario de Hacienda impulsó la última etapa de construcción. Se transformó a manera que funcionara como foro nacional para las artes escénicas y plásticas. Fue entonces cuando recibió el nombre de Palacio de Bellas Artes. Finalmente, fue inaugurado el 29 de septiembre de 1934 como un recinto único en su género.
Información de la página oficial del Palacio de Bellas Artes.