Retirada la estatua del general confederado Robert Lee en Richmond tras un año de disputas legales

Trabajadores transportan el torso de la estatua de Robert Lee tras bajarla de su pedestal, este miércoles en Richmond (Virginia).
Trabajadores transportan el torso de la estatua de Robert Lee tras bajarla de su pedestal, este miércoles en Richmond (Virginia).JIM LO SCALZO / EFE

La icónica estatua del general Robert Lee, uno de los monumentos confederados más grandes de Estados Unidos, ha sido retirada este miércoles por la mañana del centro de Richmond —capital de la Confederación durante la guerra, entre 1861 y 1865—, Virginia. La revisión de monumentos en EE UU como parte de la ola antirracista suscitada tras la muerte de George Floyd aceleró el debate latente desde hace años sobre la figura de Lee. Tras un año de disputas legales, el Gobierno local finalmente pudo quitar la estatua de su pedestal entre cientos de manifestantes que aplaudían y gritaban cantos de “Black Lives Matter” (Las vidas de las personas negras importan) y “¿Las calles de quién? ¡Nuestras calles!”.

La estatua de 6,4 metros de altura, erigida en 1890 sobre un pedestal de granito de casi el doble de alto, fue la primera de seis monumentos que honraban el poder blanco en Richmond, y la última de este conjunto en ser retirada. Con su derribo se busca poner fin a la encarnación de la mitología de esta ciudad como la antigua capital de la Confederación. El revisionismo de los símbolos de la guerra civil vivió un segundo aliento cuando cientos de supremacistas blancos acudieron a Charlottesville (Virginia) en agosto de 2017 para protestar contra la decisión de las autoridades de quitar las estatuas. Aquel día, la manifestación derivó en disturbios raciales que ocasionaron la muerte de una mujer arrollada por un neonazi de 20 años que atropelló con su coche a la multitud antifascista.

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El mayor impulso para retirar los símbolos racistas de las calles llegó con la indignación popular a causa de la muerte de George Floyd, que provocó la mayor ola de protestas raciales en medio siglo. Richmond eliminó algunos de estos símbolos, pero la estatua del general Lee perduraba, principalmente, por una ley estatal que protege los monumentos a los veteranos de guerra. La semana pasada el Tribunal Supremo de Virginia resolvió el asunto, y el gobernador, el demócrata Ralph Northam, anunció que por fin cumpliría con lo prometido hace más de un año: quitar la estatua.

“Esto tardó mucho en llegar, parte del proceso de curación para que Virginia pueda avanzar y ser un Estado acogedor con inclusión y diversidad”, sostuvo esta mañana Northam, quien presenció la retirada del monumento junto a otras autoridades estatales. El demócrata ha agregado que la estatua representaba “más de 400 años de historia de los que no debemos estar orgullosos”. La estatua fue cortada en dos para poder transportarla a una instalación estatal no revelada hasta que se tome una decisión sobre qué hacer con ella. Ahora solo queda el pedestal.

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