El ex procurador anticorrupción del Perú detalló que a su país le ha funcionado apostar por la formación de “grupos de élite” que atiendan la nueva criminalidad.
El pasado 25 de noviembre, el Tribunal Constitucional del Perú aprobó la salida de prisión de Keiko Fujimori tras un amparo presentado por la ex candidata a la Presidencia.
La decisión de anular la medida preventiva, alertó Julio Arbizu, ex Procurador Anticorrupción, probablemente provocará que “todas las otras personas que purgan prisión preventiva por las mismas razones puedan salir con el consecuente peligro de que evadan la justicia“.
Arbizu, quien se desempeñó como procurador durante el caso contra la organización Fujimori y Montesinos en la década de los 90, señaló en entrevista para Aristegui en vivo que con la salida de la hija del expresidente Alberto Fujimori existe la posibilidad de que “la señora no solo perturbe la actividad procesal, sino que está en condiciones absolutamente probables de eludir la justicia y de fugarse”.
“Lo que viene pasando en Perú es algo emblemático en la región”, aseguró el exprocurador, pues en las últimas tres décadas han logrado el desmontaje de organizaciones criminales y corruptas, como el caso de “la organización que tuvo capturado al Estado en los 90 [Fujimori – Montesinos], lo que dio paso a fundar un sistema anticorrupción de respuesta desde el Estado”.
Explicó que ha ocurrido en el Perú, tanto en los 90 como ahora con el tema de Odebrecht, que en ambos casos “la reacción ha pasado por constituir equipos de élite en la Fiscalía, equipos que consolidan un subsistema anticorrupción para combatir esos hechos en particular. Equipos especializados que se dedican a esos casos y eso ha sido exitoso”.
“El gran problema es que ahora las asociaciones criminales conocen esa estrategia y apuntan sus balas contra esos equipos de élite”, señaló. Está técnica ha sido empleada por Keiko Fujimori, de quien se han dado a conocer chats en donde ella ordena a su grupo parlamentario ir en contra de los fiscales que la investigaban a ella y a su partido. “Por esa razón, el Poder Judicial, escuchando los requerimientos del Ministerio Público, le impuso la prisión preventiva”, explicó Julio Arbizu.
El exprocurador detalló que algo que sirvió mucho a Perú fue que durante la investigación del caso Fujimori y Montesinos, “volteamos la vista hacia lo que estaba pasando y nos dimos cuenta que teníamos un código penal bastante obsoleto para el combate de este tipo de criminalidad, que teníamos un código procesal penal todavía arcaico, con más de 50 años de antigüedad, por lo que hubo que apurar las reformas“.
A este proceso de reforma, afirma Arbizu,México llega tarde. Aunque reconoció que ya está empezando a suceder. “De manera tardía, México comienza a caminar hacia un sistema procesal de corte acusatorio en lugar de inquisitivo”, consideró.
“Esos son los nuevos caminos que hay que tomar para enfrentar una nueva criminalidad que no estaba en ojos de nadie”, aseguró.