¿Veremos a Ricky Rubio de vuelta al basket europeo? La pregunta ha sido recurrente en las últimas apariciones del base de El Masnou y genera inquietud en los aficionados que le han seguido durante las 12 temporadas que acumula ya en la NBA.
“Volver aquí sería un reto pero el futuro es el próximo año y en él hay Selección y Cleveland. Luego veremos cómo estamos. La prioridad sería no marear más a mi hijo y volver a casa”, ha explicado Ricky este jueves acerca del posible retorno tras concluir su etapa americana.
Justo un día después de ser convocado de nuevo por la Selección para disputar el Mundial y en vísperas de atender una edición más de su tradicional campus en El Collell, el base ha sido protagonista de la última sesión de la temporada ‘Foros de Vanguardia’, uno de los encuentros con suscriptores del diario barcelonés y con oyentes de RAC1 que también ha podido seguirse en directo por la web de Mundo Deportivo. A las preguntas de los periodistas Ramón Rovira, Cristina Cubero, Joan Josep Pallàs y Joan Lluís Garcia, Ricky ha deleitado a un Auditorio MGS que se llenó para oírle hablar no sólo de su faceta deportiva sino también social y de sus puntos de vista sobre aspectos vitales e incluso hasta políticos.
Ricky se ha mostrado algo crítico, pero también comprensivo, con la evolución del juego en la NBA y el afán de la liga por el negocio así como por la tendencia al profesionalismo en edades cada vez más tempranas, una amenaza para los nuevos ‘juniors de oro’ que la pasada semana ganaron el oro mundial.
Pero ha hablado con pasión sobre todo del trabajo de la Fundación que preside, de cómo surgió y de como trabaja en múltiples proyectos de ayuda en la lucha contra el cáncer infantil.
“Los niños necesitan la mayor ayuda. Una vez entrado en este mundo veo que las farmacéuticas y los laboratorios van más a los adultos, que es donde hay más negocio, y nosotros intentamos protegerlos en este sentido”, ha dicho sobre las últimas acciones de la entidad que van desde congresos sobre investigación hasta fórmulas de contribuir al bienestar de los pequeños.
Haber pasado 380 días apartado de las pistas por culpa de la lesión que truncó la temporada 21-22 le ha permitido dedicar algo más de tiempo a la fundación pero también ha puesto a prueba su fortaleza mental. “La recuperación la tomé como una oportunidad de volver más fuerte”, ha detallado. “Tuve suerte de mi equipo personal con el que diseñamos desde el primer momento un plan para volver en un año y no falté un día”, agregó.
Consiguió reaparecer aunque aún sin el protagonismo de los meses previos a la lesión, cuando estaba en un gran momento de forma: “Faltó algo de ritmo porque no pude entrenar cinco contra cinco y es muy difícil entrar en la NBA con la temporada empezada pero físicamente bien y sin contratiempos”.
El autoconocimiento y la meditación han sido facetas que han ayudado a Ricky a afrontar desafíos como este en los últimos años. “Llevo desde los 14 en un mundo de adultos y ahora sé quien soy y quién quiero ser. Cuando falleció mi madre empecé a trabajar conmigo y he visto que es una de las mejores cosas que podemos hacer”, ha explicado.
Ese conocimiento es el que le lleva a asegurar que su lugar estará, al final de su carrera, cerca de su Masnou natal, de esa familia y amigos que ha echado de menos durante etapas en NBA. ¿Barça o Penya? “No escogería ahora porque eso puede cambiar de un año para otro… Pero salir de Catalunya no”, sentencia.