La selección española, impulsada por su triunfo en el último Eurobasket tan inesperado como incontestable, afronta este próximo verano la defensa de su título mundial en el Campeonato del Mundo de Filipinas, Japón e Indonesia, que tendrá lugar del 25 de agosto al 10 de septiembre. Y con Ricky Rubio recuperado, es inevitable que piense si podrá contar con su líder indiscutible en la última cita mundialista (2019) que ganó con el base catalán como MVP del torneo.
Ricky, que apenas ha jugado cinco partidos con los Cleveland Cavaliers desde que volvió de su grave lesión, responde: “¿Mi planteamiento con la selección? Ahora mismo, ninguno. Quiero ver cómo estoy físicamente para acabar una temporada y todavía no he cogido ritmo. Imagínate para el verano”, contestó, en su conversación con MD en Cleveland, el jugador de El Masnou, que prefiere no pensar a futuro.
El ex de Joventut y Barça, de 32 años, ya asumió el liderazgo cuando todavía jugaban los Gasol en la selección, no sólo con el Mundial y el MVP del mismo, también con demostraciones como sus 38 puntos contra Estados Unidos en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 pese a la derrota final de España (81-95).
Desde que disputara su primera gran cita con la absoluta en los Juegos de Pekín de 2008 con sólo 17 años, Ricky Rubio sólo se ha perdido tres campeonatos con la selección española, los tres por lesión. En los Juegos de Londres de 2012 se encontraba recuperándose de su primera rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda con Minnesota Timberwolves en su temporada de ‘rookie’, se perdió el Eurobasket de 2015 tras operarse del tobillo a final de curso en los Jazz y se ausentó del último Europeo por su reciente lesión.
Con ausencias tan importantes como la del propio Ricky o la de Santi Aldama, la selección española demostró con el último título continental que el colectivo está por encima de todo. Pero es indiscutible el plus que aportaría el MVP del último Mundial, tratándose, además, de un puro y valioso jugador de equipo.