La añada de 2021 en la histórica denominación de origen (DO) Rioja viene cargada de incertidumbres. Las primeras yemas y hojas que brotan estas semanas de las viejas y retorcidas vides empiezan a acumular moléculas de azúcar para darle personalidad a la futura uva. Pero no todo es dulce en un negocio de más de 1.200 millones de euros de facturación en origen. También se están cargando del sabor amargo del enfrentamiento entre bodegas. La resolución favorable del Gobierno vasco a la nueva denominación protegida Arabako Mahastiak / Viñedos de Álava, en Rioja Alavesa, ha abierto un debate a pie de viña y una guerra judicial que no ha hecho más que comenzar. Tras rechazar todas las alegaciones, el Gobierno de Íñigo Urkullu ha trasladado el expediente al Ministerio de Agricultura. La última estación es la Comisión Europea, que deberá inscribirla o rechazarla, y autorizar, o no, a las cerca de 40 pequeñas bodegas críticas a disponer de una protección especial para sus vinos al margen de la histórica DO que extiende sus viñedos por tres comunidades, La Rioja, País Vasco y Navarra.
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Acostumbrado a las adhesiones más que a las escisiones, el secretario general del consejo regulador de la DO Calificada Rioja, José Luis Lapuente, advierte: “Hemos recurrido en alzada esa decisión y llegaremos al contencioso y a Bruselas si esto no se para antes”. Unos y otros comparten demarcación geográfica, tierras, parcialmente el clima, y una parte de la historia, pero todos reconocen que hay diferentes formas a la hora de recoger y transformar la uva, como en Burdeos o en Borgoña. “No es un capricho, sino una decisión empresarial”, responden los impulsores de la nueva denominación, que rechazan cualquier tipo de motivación política, más allá de su adscripción ideológica. “El PNV [que defiende una DO Rioja Alavesa pero dentro de la DO Rioja] hubiera prevaricado si no da traslado del expediente al ministerio”, asegura el portavoz de una bodega alavesa de unas 750.000 botellas, que critica que la calidad de su vino es incompatible con los precios bajos.
En el momento en el que el Ministerio de Agricultura traslade el expediente a la Comisión Europea, Viñedos de Álava podrá empezar a usar la nueva denominación en España, aunque sin exportar, hasta que la UE la inscriba definitivamente. Pero si Europa falla en contra, Viñedos de Álava tendrá que desandar lo andado. Las bodegas disidentes asumen el riesgo. Aunque no hacen públicos sus nombres, representan unos 14 millones de litros de vino de los 75 millones que vendieron todas las bodegas alavesas en 2020, y de los cerca de 235 millones que colocó en el mercado toda la denominación el pasado año, el 8,2% menos que en 2019, debido, sobre todo, a las restricciones de la pandemia. En el total de la DO, menos de 50 bodegas venden más del 80% de la producción, mientras que más de 400 apenas si llegan al 20%.
Los grandes operadores no quieren segmentar más la marca, pese a los pasos que ha dado el Consejo Regulador de aceptar visibilizar en la etiqueta Rioja Alavesa y avanzar en los viñedos singulares (pago o finca). Javier Ruiz de Galarreta, consejero delegado de la exportadora Araex Grands Spanish Fine Wines, defiende “una mayor segmentación de la marca Rioja” para mejorar el posicionamiento de muchos vinos. En su opinión, además de los crianza, reserva y gran reserva, “hay que ir a vinos de zona, municipio y parcela, como Rioja Alavesa, Rioja Alta, Rioja Oriental”, como una manera de diferenciarlos y ganar valor.
DO Rioja ya convive entre sus mismas coordenadas con la indicación geográfica protegida Valles de Sadacia para vinos blancos. Pero además hay bodegas de tres pueblos de Álava —Oyon, Laguardia y Moreda— que pueden etiquetar sus vinos como DO Cava con diferenciación por zona geográfica en sus etiquetas. “Esto está ya todo inventado”, dice Benjamín Romeo, de Bodegas Contador, que cree que es perfectamente posible diferenciarse, aunque él opina que mejor dentro de Rioja. “La clave es la calidad, no tanto el tiempo que el vino lleve en la botella”, añade Romeo, quien es partidario de superar la clasificación de los vinos en crianza, reserva o gran reserva. “Yo veo complicada una nueva denominación, pero sí veo lógico pelear por una subdenominación porque en Rioja Alavesa hay un clima, condiciones y formas de hacer que dan un producto diferente”, asegura.
Mercado competitivo
Rioja tiene plantadas 67.000 hectáreas de viñedos en tres comunidades autónomas. Son 144 los municipios productores, 14.700 los viticultores y las bodegas con actividad comercial ascienden a 473. El 40% de su producción se exporta. Pese al elevado conocimiento de Rioja en el mundo, solo representa el 2% del mercado mundial de vino, en volumen, y el 2,4% en valor. “El microfoco no va a ninguna parte en un mercado tan competitivo. Lo que importa es la fuerza del apellido Rioja. Es lo que nos ha hecho aguantar en esta pandemia”, argumenta Lapuente.
La decisión de cambiar o permanecer acarrea muchas dudas. ¿Quién va a financiar los elevados costes promocionales de la marca en España?¿Las pequeñas bodegas pueden asumir la carrera por colocar los nuevos vinos en el mundo? Si el modelo de negocio crítico de vinos diferenciados funciona, ¿habrá más fugas?
Los impulsores de la nueva denominación defienden en el pliego de condiciones de la nueva DO esa diferenciación a partir de estudios geológicos, historia, análisis de los vinos y factor humano. “Después de tantos siglos como acreditan los lagares rupestres, seguimos vinculados al viñedo”, dicen los impulsores de la nueva denominación. Arabako Mahastiak / Viñedos de Álava permitirá a las bodegas que se inscriban tener vinos de diferentes denominaciones registrados en el mismo edificio. No sería incompatible proteger un vino con Viñedos de Álava y otro de la DO Rioja. Pero el Consejo Regulador de la histórica denominación obliga a elegir: un edificio, una denominación.
Limitaciones
Viñedos de Álava limita el rendimiento de las viñas a 6.000 kilos por hectárea las tintas y a 8.000 las blancas. DO Rioja autorizó en 2019 un total de 6.565 kilos por hectárea para las tintas y 9.090 para las blancas, y en 2020 fueron 5.850 y 8.100, respectivamente. Apuestan por la maceración carbónica para elaborar sus vinos, un modo tradicional que se basa en las propias levaduras del fruto para la fermentación. Arabako Mahastiak prohíbe la vendimia mecánica y la utilización de los grandes recipientes denominados sacauvas, al disminuir la integridad de la uva por el peso que soportan las de abajo. Las verdejo, sauvignon o chardonnay no estarán autorizadas, pero sí la uva moscatel, que no se permite en Rioja.
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