Dos días después de ser sentenciado a cadena perpetua sin libertad condicional por el asesinato de su amiga Susan Berman, el heredero de bienes raíces de Nueva York, Robert Durst, dio positivo a COVID-19.
Según el abogado Dick DeGuerin, Durst está en el hospital y conectado a un respirador artificial.
“Se veía horrible el jueves, lo peor que lo he visto”, dijo DeGuerin el sábado en una llamada con NBC News.
Durst, de 78 años, tiene numerosos problemas médicos. Durante su sentencia el jueves, lo llevaron a la sala del tribunal en una silla de ruedas con una bata marrón de la cárcel y tenía una mirada catatónica.
Fue declarado culpable en septiembre de asesinato en primer grado por disparar a Berman a quemarropa en la nuca en su casa, en diciembre de 2000. Durst silenció a Berman para evitar que ella lo incriminara en la investigación reabierta de la desaparición de su esposa en 1982 en Nueva York, dijeron los fiscales.
Durst es nieto de Joseph Durst, quien fundó la Durst Organization, una de las firmas de bienes raíces comerciales más grandes de Manhattan. Su padre, Seymour, tomó las riendas de la empresa y luego entregó el control a un hermano menor, Douglas.
Antes de la sentencia de Robert Durst el jueves, los miembros de la familia de Berman se dirigieron a la corte y la describieron como una persona cálida que ha sido profundamente extrañada.
“Ha sido una experiencia diaria, devastadora y aplastante”, dijo Sareb Kaufman sobre su asesinato. El padre de Kaufman era el novio de Susan Berman y se consideraba su hijo.
El abogado de Durst dijo que cree que Durst ha sido vacunado contra COVID-19, pero no pudo proporcionar detalles sobre si había recibido alguna dosis de refuerzo contra el virus.
Cuando vio a Durst el jueves, DeGuerin dijo, “tenía dificultad para respirar, tenía dificultad para hablar. Se desplomó en su silla … estoy muy preocupado”.
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