Su carrera está por escribir, su talento está en vías de descubrirse y su nombre artístico, por definir: Roberto
López o López
Alcaide es uno de los últimos pasajeros del Sanse en subirse al primer equipo realista. Encarnó una de las escasas noticias positivas de la derrota contra el Real Madrid. Aportó calidad en el tramo final de un partido que se había complicado extremadamente y fue aquello que todo entrenador persigue en un suplente: un auténtico revulsivo para el equipo.
La noche era una sucesión de accidentes para cuando Imanol
Alguacil decidió introducir tres cambios de una sola tacada. Roberto
López salió al campo junto a Martín
Zubimendi y Willian
José y sustituyó a Martin
Odegaard. Las prestaciones del noruego volvieron a ser deficientes y el entrenador cedió la manija de la mediapunta a este joven aragonés que nació hace 20 años para jugar al fútbol. Tal y como demostró el domingo, es de esa estirpe de personas elegidas cuya relación con el balón es tan estrecha como una amistad vitalicia.
López, un enganche nato, entró en acción en el minuto 79 y además lo hizo de verdad. Intervino en 11 ocasiones en las jugadas de la Real, una por cada minuto, y fue el autor de un sensacional centro que derivó en el gol txuri urdin, obra de Mikel
Merino. Muy escorado a la banda derecha, el joven zaragozano introdujo el esférico en el meollo del área, donde Willian
José ganó el duelo a Carvajal que aterrizó en la bota del navarro. Un golpeo de seda, fundamental para que la Real recortara distancias.
La incidencia del tanto de Merino no fue a mayores porque la Real perdió, pero Roberto
López marcó territorio, en su cuarto de hora de actividad, para futuras oportunidades. El maño se ejercita con el primer equipo desde la reanudación de los entrenamientos y ha entrado en las tres convocatorias, contra Osasuna, Alavés y Real Madrid. En Mendozorrotza y el domingo fue uno de los escogidos por Imanol para tratar de remontar el vuelo, sin resultado.
Roberto
López ha sido nominado por la dirección deportiva para hacer la pretemporada del próximo ejercicio 2020/2021. Unas semanas en las que dependerá de sí mismo para engrosar las filas del equipo que viene, aunque no se puede descartar que salga cedido a un conjunto de Segunda División. Con contrato hasta 2025 y blindado a la altura de las ingentes esperanzas depositadas en su calidad, lo que está claro es que el periplo de Roberto
López en el Sanse ha concluido. Si sus maneras siguen apuntando tan alto como colaborar en un gol al Real Madrid, habrá ganado terreno en su pretensión de saltar al estrellato.
Source link