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Rocío Carrasco y la tortura de perder también a su hijo menor

Se apellida como su padre, exactamente igual: Flores Carrasco. David, hijo menor de Rocío Carrasco y Antonio David Flores, es para muchos el eslabón más débil de la cadena en esta desgraciada historia familiar con 3 víctimas. Tanto él como su hermana mayor, Rocío, arrastran aun hoy, veintiún años después de la ruptura de sus padres, las peores consecuencias. De todas ellas, la más dura: vivir lejos de su madre desde hace tiempo. En el caso de la hija mayor, 5 años. En el caso de David, el mes próximo se cumplirán 5 años desde la separación de su madre.

Madre e hijo llevan 5 años sin verse / Gtres

Este miércoles noche, la serie documental “Rocío. Contar la verdad para seguir viva” llega al episodio 10. Decir que será duro no es ninguna novedad. Desde que arrancara el 21 de marzo con el espeluznante episodio cero en el que conocimos el horror que Rocío Carrasco ha vivido y su desesperada decisión de querer acabar con todo aquel verano de 2019, en el que terminó en urgencias por sobre ingesta de fármacos, esta mujer ha ido contando todo lo que no se sabía: qué pasaba realmente en su vida, qué ocurría en su casa y por qué ya no tiene a sus hijos a su lado.

Tras la terrible realidad de descubrir cómo su hija mayor fue, poco a poco, enfrentándose a ella a cada vuelta de quincena que compartía con su padre, Rocío tuvo claro que las amenazas de su exmarido tomaban cuerpo y forma en su propia hija. Antonio David utilizaba a sus hijos en su contra. No hay mayor tortura para una madre. Ella víctima. Su hija, también. “Te van a odiar”, le advertía su exmarido desde que ella decidió separarse. Rocío hija terminó con ella una mañana violenta en la que se enfrentó a golpes para después, denunciarla por maltrato, junto a su papá. El mundo al revés. Fue la niña la que resultó condenada al actuar la Fiscalía de Menores. Tenía solo 16 años y desde entonces vive con su padre, a su imagen y semejanza, lejos de su madre.

David vive con su padre desde que tiene 16 años / Gtres

La tragedia familiar no acababa con la condena de la joven, ya cumplida hace 8 años, con 6 meses de libertad vigilada. El pequeño de la casa sería el siguiente. La tortura seguía, según cuenta la propia Rocío Carrasco. Llegaba el turno de David, el eslabón más débil de la cadena de barbaridades Flores Carrasco. La marcha de su hermana le afectó mucho. La echaba de menos. Seguía marchándose a Málaga con su padre 15 días al mes. Ese adolescente comenzó a cambiar también. Con su madre sentía locura. Que nadie dijera nada en su contra. Claro que si es tu padre quien la señala, cuestiona y desautoriza, como poco, te confundes. Más si tu hermana mayor, a la que adoras también, está con él en todo.

Mientras que Rocío vivía de manera permanente en Málaga, su hermano seguía viviendo quince días con cada progenitor / Gtres

La custodia compartida dio ventaja a ese padre que nunca se preocupó de cuidar la imagen de la madre de sus hijos, de respetarla, de que la quisieran libremente. Durante años, la ha tirado por los suelos y convenció, con su pico de oro, a muchos. Cuántas barbaridades me contó él mismo sobre Rocío Carrasco. Abandono, carencia de cuidados, no estar en momentos claves… Cuando descubrí que intentaba convencerme de lo que comprobé no era cierto, fui consciente de su capacidad para manejar su versión como verdad absoluta. A su hijo le habían dejado tirado en el colegio, “como tantas otras veces”, me aseguró. Recuerdo cómo me explicaba que le llamaron del centro porque el niño estaba ahí solo y él fue a buscarlo. Quizá este miércoles noche, Rocío Carrasco cuente qué fue realmente lo que pasó; cómo actuó el colegio y por qué. Desde aquel día, 23 de junio de 2016, la madre no ha vuelto a ver al niño. Cedió su mes de vacaciones para que disfrutara todo el verano con su padre, pero lo esperaba a finales de agosto o primeros de septiembre. Así lo hizo constar en un correo electrónico que envío al padre de sus hijos; ella no, sus abogados. La pareja se comunica a través de abogados desde la separación. Se temió lo peor y así ocurrió. La manipulación del menor llegaría a tal extremo que, no solo no volvió a tiempo para su boda, David no ha vuelto nunca más. Carrasco lo denunció judicialmente y un mes después del enlace, el Juzgado número 3 de Alcobendas le conminó a que entregara “de manera inmediata” al menor. Él presentó alegaciones y mientras se resolvían, David cumplió la mayoría de edad. La ejecución forzosa quedaba sin efecto. Rocío tuvo que desistir. Sin embargo, la jueza se dio cuenta de que algo no encajaba. Quizá lo cuente Rocío Carrasco.

Aquel día sintió que le habían arrancado a su segundo hijo. No lo puedo entender y tengo muchas preguntas. ¿Estaba planificado por Flores y la Justicia lo permitió? ¿Por qué el padre lo empadrona en Málaga el mes de marzo de ese mismo año y cómo lo hace sin el consentimiento de la madre? ¿La mayoría de edad de David es suficiente para que él decida?


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