Entre rumores sobre la posible marcha de Mattia Binotto, había surgido el nombre de un histórico como Ross Brawn, quien fuera director técnico de Ferrari en la época dorada de Michael Schumacher, como posible reemplazo del ingeniero de origen suizo. Sin embargo, unas horas después, Brawn, que actuaba actualmente como consultor de la F1 tras cinco años ocupando el cargo de director deportivo de la competición, no tardó en responder mediante un artículo escrito en la página web oficial de la Fórmula 1. Brawn fue tajante. No habló directamente de Ferrari, pero fue más allá. Considera que a sus 68 años (23 de noviembre de 1954, Ashton-under-Lyne, Reino Unido), ha llegado la hora de dar un paso al lado definitivo y retirarse del todo de la Fórmula 1.
“Había dejado de querer ser parte de un equipo. ¡Decidí que ya había hecho suficiente! Y esto era lo único que posiblemente podría haber apelado. He sido muy afortunado de que Liberty me haya dado la oportunidad y fue un trabajo de amor. Ahora es el momento adecuado para que me retire. Hemos hecho la mayor parte del trabajo y ahora estamos en un período de consolidación. Llegará un coche nuevo en 2026 (nuevo motor), pero faltan cuatro años, bastante lejos para mí, por lo que es mejor que el próximo grupo de personas asuma ese reto. Creo que estoy dejando la F1 en un gran lugar”, apuntó Ross Brawn, quien fue el gran líder del enorme proyecto de cambio de regulación que llevó adelante la F1 y que se implantó en 2022, con el objetivo de que haya mayores luchas en pista, algo que junto a la introducción del techo presupuestario y otras medidas como el ‘hándicap aerodinámico’ perseguía que la igualdad en los próximos años sea elevada entre más equipos.
“He disfrutado casi cada minuto de mi carrera de 46 años y he tenido la suerte de haber trabajado con muchos grandes equipos, grandes pilotos y grandes personas. No cambiaría nada. Una certeza es que sin el apoyo de mi esposa y mi familia no podría haberlo hecho y no hubiera querido hacerlo. Ahora veré la F1 desde el sofá, animando y maldiciendo como fan de la F1, complacido de que el deporte esté en un lugar fantástico y tenga un futuro tan fantástico”, apuntó Ross, quien fue director del equipo Brawn GP en 2009 que dominó aquel curso con Jenson Button como campeón.
Ross Brawn ya anunció un paso atrás previo a esta decisión el pasado mes de septiembre, cuando dijo que dejaba su puesto de director técnico de la F1 para ocupar un cargo consultor para así pasar más horas con su familia después de 5 años duros dedicados a cambiar el destino de la F1. “Quiero reducir significativamente mis funciones, digámoslo de esta manera. Seguiré estando disponible con mi experiencia, pero ya no seré responsable de un área todos los días. Eso significa que volveré a cuidar más a mis hijos y nietos, que iré a pescar más y cuidaré mi jardín”, apuntó Brawn en septiembre. Y ahora, dos meses después, Ross dio el paso definitivo anunciando su adiós definitivo de la F1.