Que una parte de la extrema derecha simpatice con Vladímir Putin no deja de tener su lógica: el de Rusia es el líder de un régimen nacionalista, ultraconservador, patriarcal, homófobo y represor. Que una parte de la izquierda lo tenga como referente solo puede explicarse en los rescoldos de la Guerra Fría y la nostalgia del amigo soviético. Es cierto que Moscú da cierto apoyo a Venezuela o Cuba; también lo dio al Brexit y a Trump. Su máquina de propaganda y sus legiones de troles favorecen en el exterior causas de signo opuesto, las más desestabilizadoras, mientras encajen en su discurso sobre la decadencia de Occidente.
El regulador de los medios de Alemania prohibió las emisiones allí de RT, antes Russia Today, por falta de licencia (operaban con una de Serbia), después de que YouTube bloqueara su página en el país por difundir teorías conspirativas y desinformación. Moscú respondió cerrando la oficina rusa de la televisión pública internacional germana Deutsche Welle.
La RT en alemán da cancha a los ultraderechistas de Alternativa por Alemania y al movimiento conspiranoico y antivacunas Querdenker. En su programación en español, sin embargo, parecen dirigirse más al otro lado. Utilizan una retórica antifascista para referirse a Ucrania; cuentan que se teme un ataque a Rusia desde allí. Un documental sobre el embargo a Cuba reúne multitud de voces que denuncian esa medida de Washington, para lo que hay argumentos, y ninguna que mencione que la represión de las protestas por La Habana ha dificultado cualquier avance.
Lo más entretenido es Keiser Report, espacio sobre economía que conduce el desinhibido productor y antes broker estadounidense Max Keiser. Lleva años anunciando el colapso inminente del dólar; ahora detalla que eso llegará en 2022. La moneda estadounidense perderá el 80% de su valor, pronostica con precisión. El programa explica que a ese cataclismo financiero sobrevivirá triunfante el bitcoin.
La copresentadora Stacy Herbert trata de despejar las suspicacias y aclara que no hablan en nombre del Kremlin: “Hay medios estadounidenses como el New York Times o el Washington Post que creen que si decimos lo que decimos es porque hemos hablado con el presidente ruso. Pues no, no hemos hablado con Putin, así que no tenemos ni idea de lo que piensa hacer con el tema del bitcoin. Nosotros estudiamos la política monetaria y la situación macroeconómica. Y no necesitamos que venga un pseudoexperto a decirnos lo que va a pasar”. Ellos sí saben lo que va a pasar: el inexorable derrumbe del sistema financiero de EE UU por su deuda descomunal.
El capítulo se grabó en El Salvador, el nuevo paraíso de la criptomoneda, adonde dicen que está llegando gente de todo el mundo atraída por ese El Dorado. Cosa rara a la vista de las caravanas de migrantes de ese país que marchan a pie hacia el norte huyendo de la miseria y de las maras. El universo paralelo de RT se parece a sus deseos.
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