Rubén Pardo existe


Rubén
Pardo existe. Después de 7 meses y un día, el mediocentro de Rincón de Soto volvió a jugar un partido oficial con la camiseta de la Real Sociedad. Olvidado y relegado a ser el último de la fila, Imanol
Alguacil optó por darle la titularidad en la Nueva Balastera.



“Cómo se hacía esto”, pensaría el riojano durante el saludo inicial con Alberto
Melero, capitán y mito en Becerril de Campos. Y es que sí, a pesar de llevar 17 jornadas sin ser convocado en competición liguera, Rubén
Pardo fue ayer capitán de la Real portando con orgullo la ikurriña en su brazo izquierdo. Posó para la foto el canterano, no acostumbrado a este tipo de escenarios.

A la Real le costó 36 minutos abrir la lata. Un combativo Becerril aguantó de manera estoica durante más de media hora ante todo un campeón de Copa, que cuando cayó el primero, hizo goles como churros. Los primeros compases de juego, en todo caso, no fueron nada cómodos. Algunos tramos del césped de La Balastera no soportaron las fuertes lluvias impidiendo a la Real jugar con comodidad.

En ese contexto, Rubén
Pardo fue el más listo para interpretar qué necesitaba el partido. El riojano fue la manija del juego txuri urdin y comenzó a utilizar su oxidado guante derecho. Los pases diagonales empezaron a cansar a los palentinos, que tuvieron que correr detrás de la bola durante todo el partido.

Gol y asistencia

El partido fue demasiado sencillo para Rubén
Pardo. Además de mover el balón de un lado a otro, fue el encargado de sacar todas las acciones a balón parado. Así llegó el primero en el minuto 36. Pardo sacó un córner -no de la mejor manera, todo hay que decirlo- y Le
Normand, en dos tiempos, puso el 0-1 rematando desde el área pequeña. Fin a la incertidumbre.

Los de Imanol
Alguacil se quitaron un peso de encima. Las piernas comenzaron a pesar en el ‘Bece’ y la Real se encontró mucho más cómoda. Todos querían su gol, incluso Rubén
Pardo, que se asomó varias veces a la frontal hasta que encontró premio.

Januzaj, un puñal por la derecha, levantó la mirada y puso un pase atrás que recibió con los brazos abiertos el canterano que con mimo, metió el interior para hacer su séptimo gol con la camiseta de la Real. Abrazo y piña con todos sus compañeros. Trofeo a la insistencia.

El partido fue muriendo y Pardo disputó los 90 minutos, algo que no hacía desde el 4 de mayo en Mendizorrotza. Veremos cual su papel en esta Real, aunque todo apunta a que no estará en El Sadar. Seguro que sigue de cerca el sorteo de hoy para conocer, quien sabe, cuando y donde será su siguiente oportunidad.


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