Rubén y Oblak se empeñan en dejarlo en empate

Simeone arriesgó con varias novedades en el once inicial. El esfuerzo del pasado miércoles ante la Juventus, en el que el equipo trabajó contra corriente casi todo el partido, exigía refrescar un poco la alineación. Correa, Felipe y Herrera se colaban entre los elegidos. Especialmente significativo la presencia del mexicano, que ante la Juventus había salvado al equipo al final del encuentro con un cabezazo que significó el 2-2.

Simeone había defendido hace unas semanas, en el caso de Vitolo, que un gol no daba la titularidad. Semanas después, suponemos que el azteca no estaría en el once por lo del miércoles. Suponemos.

Felipe estuvo a punto de marcar en el primer balón que tocó. Un centro al área, a balón parado, acabó con un remate fortísimo del brasileño en el que Rubén Blanco tuvo que dar su mejor versión para sacarlo. El central brasileño, de lo mejor de la tarde. Bien posicionado, seguro, peligrosísimo en el balón parado… El exjugador del Porto dejó una buenísima impresión.

En los primeros 20 minutos, el Celta intentó desactivar al Atlético a través de la posesión del balón, si bien es cierto que sin ocasiones de peligro destacadas. El equipo rojiblanco se volvía a asomar a la portería contraria en una jugada individual de Correa, que mareó a Araujo con un par de engaños y que acabó con un disparo mordido que tocó en el mexicano y acabó sin mayor peligro.

El Atlético estaba incómodo en la primera media hora. Sin balón, con poca claridad en el pase en la medular y sin tino en las puntas, sin esa finura necesaria. En momentos así precisas de un latigazo, un pequeño terremoto que descoloque todo. Y eso fue lo que hizo Lodi con un cañonazo desde 30 metros que Rubén tocó lo justo para evitar el gol de la jornada. En el saque de esquina, balón suelto y Joao
Félix la pegaba cruzada. De nuevo, el meta del Celta se tenía que tirar para evitar el gol… Eran los mejores momentos de los locales. De nuevo, Joao intentaba un remate que se marchaba alto.

Andaba el Atlético buscando resquicio mientras Hugo Mallo repartía estopa a diestro y siniestro, a Joao Félix, a Correa, a Lodi en una entrada feísima… ¿Tarjeta? No, hombre no. El colegiado Melero
López pasaba del tema.

Un partido más, a Joao Félix le costaba aparecer. Un goteo intermitente de calidad pero sin esa trascendencia que ha demostrado que puede tener. Se cambiaba de banda, se dejaba caer por el centro… En la segunda mitad, el Cholo le colocaba en punta junto a Costa y colocaba a Correa en banda.

A través de esa fórmula, en una jugada en la que Herrera recuperó un balón -por cierto muy bien el mexicano, se nota la experiencia y el oficio-, se lo dejó a Correa, que gambeteó para dejárselo a Joao Félix, que disparaba a puerta con moderado peligro.

En la siguiente jugada, Koke, que encaraba portería rodeado de cuatro rivales, se sacaba un disparo seco y duro que se iba a la escuadra, no sin antes encontrar la mano de un Rubén Blanco que estaba siendo el salvador de los suyos.

CAMBIOS

Simeone metía en el campo a Thomas por Herrera y a Vitolo por Correa buscando ese plus que le faltaba al Atlético para marcar. Poco después se marchaba Joao Félix y entraba Morata.

A los 68 minutos, una buena jugada colectiva acababa con un centro abierto a Lodi, que Vitolo dejaba pasar muy inteligentemente, para que el brasileño centrase al corazón del área donde Costa estuvo cerca de embocar. Con Morata sobre el campo, el Atlético buscaba los centros al área.

Del Celta no había noticia en lo ofensivo. Pero claro, cuando tienes a tipos talentosos en el campo siempre estás más cerca de marcar. En el 73, un pase de Santi Mina entre mil piernas encontró a Brais Mendez que disparó ante un Oblak que se lanzó con todo porque estaba casi vendido. El esloveno, que no había tenido mucho trabajo, lo sacó. Impresionante el pase de Mina, fabuloso.

El partido se abrió en el último cuarto, con los dos buscando de cara el gol. Lo intentaba el Celta con un disparo de Mina buscando la escuadra, Lodi volvía a hacer un centro-chut que se marchó pegado al palo, un remate de Cheik…

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