El Real Madrid ya avista la final de la Champions contra el Liverpool del próximo 28 de mayo con la tranquilidad del trabajo bien hecho tras levantar el título de Liga el pasado 30 de abril. Carlo Ancelotti y Antonio Pintus, el preparador físico, han diseñado un plan de rotaciones para que el equipo blanco llegue a París a pleno rendimiento sin perder la tensión competitiva.
La situación del Madrid nada tiene que ver con la del Liverpool, que tiene que afrontar tres compromisos decisivos en su lucha por la FA Cup y por la Premier, donde está dirimiendo un pulso titánico con el Manchester City, líder con tres puntos de ventaja. A diferencia de Ancelotti, Klopp no puede permitirse el lujo de pensar ya en la Champions porque primero tiene la final de la FA Cup mañana contra el Chelsea. Después se jugará la Premier ante el Southampton y el Wolverhampton a expensas de lo que haga el City.
Muchos ojos estarán pendientes de lo que suceda en Wembley, especialmente en el seno del equipo blanco y no solo por el Liverpool. Los focos también estarán puestos en la figura de Antonio Rüdiger. El central alemán del Chelsea ya tiene cerrado un acuerdo con el Real Madrid para las próximas cuatro temporadas después de no renovar con el club de Stamford Bridge.
Rüdiger, un central duro en el cuerpo a cuerpo y expeditivo a la hora de ir al corte o al choque (que se le pregunten a De Bruyne, al que dejó KO de un golpe en la pasada final de la Champions) vivirá una dura prueba contra una de las mejores delanteras del planeta. Luis Díaz, Sadio Mané y Mohamed Salah (con Diogo Jota en la recámara) amenazan al Chelsea y al nuevo fichaje blanco, un examen que permitirá calibrar el nivel de Antonio Rüdiger.