Aitor Ruibal jugó de improvisado lateral derecho en el debut liguero ante el Elche por las lesiones de Sabaly y Martín Montoya, así como la ausencia de Bellerín, que sigue esperando el Londres poder reincorporarse al Real Betis, lo que está complicado por el asunto del límite salarial.
El delantero catalán fue quien rompió el partido con una gran arrancada que fue frenada en falta por John Donald y provocó su expulsión cuando apenas se había superado el primer cuarto de hora del partido: “Lo que el futbolista quiere es jugar. Si es en tu posición mejor, pero al final lo que importa es jugar y da igual dónde. Llevo bastante tiempo practicando esa posición. Desde el Leganés, que era un poco carrilero. En entrenamientos y tal, cuando falta una posición, voy a ese sitio. Lateral es una posición que me gusta, tengo mucho espacio pero tengo que mejorar cosas tanto ofensivas como defensivas, pero me gusta y ojalá siga adelante”, ha comentado Ruibal este martes en una entrevista con Radio Marca.
Ruibal ha valorado los problemas del club con las inscripciones. “Estamos tranquilos. Tampoco me incumbe mucho el tema pero el compromiso de los compañeros que no están inscritos es del cien por cien y es de agradecer. Estamos tranquilos porque los profesionales están trabajando en ello”, ha dicho.
El Benito Villamarín volvió a ser una fiesta el pasado lunes, con más de 50.000 espectadores que se están acostumbrado a disfrutar de su equipo como hace tiempo no se veía de forma tan continuada. “Son los que se merecen todo. Trabajamos para cumplir objetivos, para nuestra vida personal, pero con lo que más disfrutamos es con ver la gente feliz, otro ambiente en Sevilla que hace tiempo que no se veía. Una auténtica locura, en agosto, en Sevilla, a cuarenta grados, nueve de la noche, 50.000 personas es algo espectacular. Un no parar, animando todo el rato y eso al equipo le llena de moral. Cuando he estado aquí, siempre he dicho que la afición es diferente, que el fútbol se vive distinto pero los dos últimos años han sido increíbles. Cuando salimos a la calle o cualquier cosa, el día que fuimos a la Feria no podíamos ni caminar”, aseguraba Aitor Ruibal.