El vestuario de la Real tiene un objetivo claro para 2020. Clasificarse para las competiciones europeas después de dos años en los que la irregularidad le ha dejado fuera de los torneos continentales. El conjunto txuri urdin ha cerrado el año con las mejores sensaciones de los últimos tiempos. Enamorando con su juego, dejando pasajes de fútbol que tardarán en olvidarse y, sobre todo, sumando un porrón de puntos y victorias que permiten ver el futuro desde una posición privilegiada y que invita al optimismo.
Han sido concretamente nueve triunfos en 18 partidos. Los guipuzcoanos han vencido el 50% de los enfrentamientos, muy por encima de la media habitual y esto les ha llevado a cerrar 2019 en la quinta posición de la Liga, con tres puntos de ventaja sobre el séptimo y a sólo uno de la cuarta plaza. La tercera aparece a tres.
Las puertas de Europa parecen abiertas de cara a que el conjunto blanquiazul logre cruzar la muga por decimosexta vez en su historia. Bien es cierto que queda más de media Liga y que la empresa exigirá mantener este nivel hasta el tercer fin de semana de mayo, pero no lo es menos que el conjunto guipuzcoano se encuentra en una posición que históricamente ha otorgado premio final.
Con el ritmo de puntuación que manejan, los pupilos de Imanol Alguacil finalizarían el curso con 65 puntos que siempre han otorgado la posibilidad de jugar un torneo continental con este sistema de competición. En ocasiones, incluso en puestos de Champions League, como demuestran los 63 que le bastaron a la Real de Krauss para finalizar tercera (aunque entonces sólo los dos primeros jugaban la máxima competición continental).
Echando atrás en la historia del club blanquiazul, la primera conclusión que se desprende es que la Real está ante uno de sus mejores arranques ligueros. Sólo en cuatro ocasiones superó los nueve triunfos en las primeras 18 jornadas. Todas las campañas en las que lograron tal hito acabaron con el equipo en Europa. Una de ellas fue esta misma década, cuando la Real de Jagoba
Arrasate se adjudicó diez triunfos en 18 partidos para sumar 32 puntos.
El equipo subcampeón de Raynald
Denoueix y el de Toschack tienen el récord histórico, con 11, mientras que el año del primer título liguero, Ormaetxea había cosechado las mismas victorias que hoy suma Imanol
Alguacil. Un año después, camino de la segunda, los Arconada, Satrústegui, Zamora y compañía vencieron 10 de los primeros 18 choques.
Los 31 puntos que guarda el conjunto realista en el zurrón suponen un baremo más difícil de contrastar por las variaciones que ha habido en el sistema de competición a lo largo de la historia, pero cabe destacar -trasladando el antiguo sistema de dos puntos por victoria al actual de tres- que el conjunto realista logró siete de sus quince clasificaciones continentales alcanzando este tramo de la Liga con menos puntos que ahora.
La propia competición y la exigencia que le pongan los perseguidores dictará si estos 31 puntos son más o menos de la mitad del camino. La competencia se intuye feroz, pero huelga decir que los de Imanol estrenarán 2020 desde un gran punto de partida.
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