La Unión Europea observa con escepticismo un nuevo corte total del gasoducto Nord Stream, el segundo este verano. El gigante estatal ruso Gazprom ha decidido parar por completo el suministro para acometer una revisión no prevista que el presidente del organismo regulador del gas en Alemania, la Agencia Federal de Redes alemana, Klaus Mueller, ha catalogado de “incomprensible”. Según Moscú, que avisó del nuevo parón técnico hace solo unas semanas, la única unidad compresora que aún opera tras su disputa por las sanciones necesita ser supervisada “cada 1.000 horas”.
“El suministro a través de Nord Stream ha sido detenido por completo, hoy comienzan los trabajos preventivos programados en la unidad compresora de gas”, ha anunciado en la mañana de este miércoles el monopolio exportador ruso a través de Telegram. En teoría, la revisión de la única unidad compresora de la estación de bombeo rusa de Portovaya que aún sigue activa se prolongará desde este 31 de agosto hasta la madrugada del 3 de septiembre.
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El gasoducto funciona a un 20% de su capacidad total desde el 27 de julio debido a una disputa de Gazprom con la Unión Europea y Canadá por las sanciones introducidas a raíz de la guerra de Ucrania. El país norteamericano retuvo en un primer momento una turbina que Siemens reparó allí debido a las restricciones que Ottawa ha impuesto sobre la gasista rusa. Tras acceder a que la pieza fuera enviada a Alemania, ha sido la propia Rusia la que impide su traslado a la estación de bombeo mientras no reciba garantías de que no será sancionada.
Una lista negra
Se trata del segundo parón total en el suministro de gas de este verano. La actividad de Nord Stream fue suspendida 11 días, entre el 11 y el 21 de julio, en otra revisión programada. Aquel mes, los temores europeos se confirmaron: aunque el suministro no desapareció del todo tras aquellas tareas de mantenimiento, el bombeo fue recortado drásticamente respecto al 60% de su reducida capacidad previa, con la excusa de que una segunda unidad compresora de Portovaya necesitaba revisiones.
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Más allá de Nord Stream, gasoducto que une directamente Rusia con Alemania a través del mar Báltico, la guerra del gas continúa con otro país europeo en la lista negra de Gazprom. Moscú anunció este lunes que la gasista francesa Engie no recibirá ni una molécula más de gas a partir del 1 de septiembre debido a su negativa a acatar el nuevo sistema de pago ideado por el Kremlin para eludir las sanciones.
Vladímir Putin decretó en marzo que las facturas del gas debían ser abonadas en rublos como respuesta a las sanciones a su sistema financiero, y su banco central ideó un mecanismo para convertir los actuales contratos en euros y dólares en la divisa rusa. En concreto, los clientes de Gazprom han de abrirse una cuenta en su filial bancaria, Gazprombank, y abonar allí el pago en divisas. Una vez dado este paso, la entidad las cambia en el mercado ruso y transfiere el dinero a la gasista.
“Al final del día hábil del 30 de agosto, Gazprom Export no ha recibido el pago completo por el gas suministrado a Engie en julio, según los contratos existentes”, ha anunciado la compañía rusa. La gasista gala no es la primera. Otros países como Finlandia y Polonia rechazaron hace meses este sistema porque consideraban que este pago a través de terceros suponía una ruptura de lo firmado en sus contratos de suministro y les situaba en un limbo legal en caso de reclamar. La respuesta de Gazprom fue cerrarles el grifo completamente.
Hungría compra gas extra a Gazprom
G. R.-P.
Mientras la llegada de gas ruso mengua en los Estados miembros de la UE, bien por decisión propia o porque Gazprom reduce el flujo como medida de presión, Hungría ha firmado un acuerdo con la gasística rusa para aumentar sus importaciones. Como ha anunciado el ministro de Exteriores y Comercio, Péter Szijjártó, el país recibirá un máximo de 5,8 millones de metros cúbicos de gas extra al día desde el 1 de septiembre y durante al menos dos meses. En agosto el país ha recibido 2,6 millones de metros cúbicos diarios. “¡Nuestro suministro de energía está asegurado!”, ha celebrado Szijjártó en un mensaje en Facebook.
Las reservas húngaras de gas están al 61,31% de su capacidad, según anunció en Twitter Zoltan Kovacs, portavoz Internacional del Gobierno. En la misma red social, el director político del gabinete del primer ministro, Balázs Orbán, aseguró que los 3.880 millones de metros cúbicos de gas almacenados al 25 de agosto equivalen al 98% del consumo doméstico anual.
El Gobierno ultraconservador de Viktor Orbán, cercano al Kremlin, se alejó del consenso europeo en la sexta ronda de sanciones a Moscú. El embargo al petróleo ruso finalmente salió adelante porque la medida se centró en las importaciones marítimas y contempló exenciones para el suministro a través de oleoductos, de los que dependen Hungría, junto a Eslovaquia y República Checa.
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