La jugadora estadounidense de baloncesto Brittney Griner ha sido enviada por las autoridades rusas a una colonia penal, lugar donde los presos realizan trabajos forzados. La deportista, condenada por posesión de una pequeña cantidad de aceite de cannabis, fue sacada el pasado 4 de noviembre de su prisión según aseguraron este miércoles sus abogados, quienes indicaron que desconocen su ubicación actual y su destino final. Sus letrados indicaron que normalmente Rusia envía estas notificaciones de traslado de prisioneros por correo, con lo que pueden retrasarse hasta dos semanas.
La detención de Griner provocó una gran indignación en Estados Unidos. Su secretario de Estado, Antony Blinken, propuso a Rusia un acuerdo para liberarla. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, reiteró que habían presentado “una oferta substancial” para resolver el caso. “Cada minuto que Brittney Griner debe aguantar una detención arbitraria en Rusia es un minuto de más”, dijo en un comunicado. Antes de la condena, el Departamento de Estado de Estados Unidos declaró que la deportista había sido “detenida erróneamente”, una acusación que Rusia rechazó frontalmente.
La administración estadounidense afirma que trabaja incansablemente para asegurar su liberación y que el presidente Joe Biden ha instado a sus captores rusos para que mejoren su trato y las condiciones que puede tener que soportar en la colonia penal. Griner, de 32 años, ha sido dos veces medalla de oro olímpica con Estados Unidos y estaba en la liga rusa, donde jugaba para Ekaterinburgo.
El pasado 25 de octubre la Justicia rusa rechazó el recurso de apelación de la baloncestista estadounidense y mantuvo en vigor la condena de nueve años de cárcel por posesión y contrabando de drogas. Los abogados de Griner alegaron tras la condena que el castigo era excesivo. Apuntaron que en casos similares los acusados han recibido una condena promedio de unos cinco años y que a un tercio de ellos se les concedió la libertad condicional. Su arresto en febrero se produjo en un momento de altas tensiones entre Moscú y Washington, justo antes de la invasión de Ucrania.
Algunas informaciones apuntan que la solución para la baloncestista y para Paul Whelan, otro estadounidense detenido en Rusia por cargos de espionaje, sería un intercambio de presos. Estados Unidos medita conseguir la libertad de sus compatriotas entregándole a Rusia a Viktor Bout, un famoso traficante de armas condenado a 25 años de cárcel en Estados Unidos.
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