“No necesito sentirme querido, solo necesito hacer mi trabajo. Si me quieren o no, eso no importa realmente”. Son las declaraciones más recientes de Russell Westbrook, el jugador que trae de cabeza a Los Angeles Lakers, una franquicia que no ha logrado desprenderse del base y sus 47 millones de dólares de salario ni regalándolo. Todo apunta ahora a que el proyecto de los angelinos volverá a pasar por el denostado base, que a sus 33 años se sabe poco querido por los ejecutivos, compañeros e incluso la liga como estamento.
“Lo más importante es presentarme al trabajo y hacer lo que siempre he hecho: ser un profesional y jugar dándolo todo, competir“, le explicaba a Adrian Wojnarowski, de la ESPN. Después de su tumultuoso primer curso en L.A., con la franquicia finalizando en una undécima posición ridícula para una plantilla con LeBron James y Anthony Davis, Westbrook sabe perfectamente que no le garantizan absolutamente nada: ni titular, ni banquillo y quizás ningún futuro en algún otro equipo si logran traspasarle en algún punto.
Darvin Ham, nuevo entrenador en L.A., si que cuenta con él. Al menos, eso ha dicho en público desde el primer momento. Eso ha propiciado que el base vea en él a su único aliado dentro del grupo. Por ello, dice, está dispuesto a salir desde el banquillo: “Estoy ‘all-in’ con lo que haga falta para hacer ganar a este equipo, estoy preparado para cualquier cosa”.
Más allá de su mal juego, el gran revuelo generado por el jugador con su aterrizaje en California fue debido a la sobrexposición mediática y cómo eso afecto a su familia. Pese a volver a casa, el sueño de jugar cerca de sus sitios favoritos de la infancia se convirtió en una pesadilla cuando empezó a recibir insultos furibundos dirigidos hacia él pero también hacia su esposa e hijos. “Jugar mal forma parte de la NBA, y estoy preparado para cometer errores… en mi cabeza, este año no haré nada sorprendente, pero quizás para los demás, desde su perspectiva, si que pueda serlo”. Westbrook asegura que han hablado con LeBron James y Anthony Davis para intentarlo una vez más.