El rey Guillermo de Orange, en el centro, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, a su derecha, posan con otros ministros del nuevo Gobierno, en el palacio real de La Haya, este lunes.

Rutte lidera un nuevo Gobierno en Países Bajos tras diez meses de negociaciones

El rey Guillermo de Orange, en el centro, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, a su derecha, posan con otros ministros del nuevo Gobierno, en el palacio real de La Haya, este lunes.
El rey Guillermo de Orange, en el centro, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, a su derecha, posan con otros ministros del nuevo Gobierno, en el palacio real de La Haya, este lunes.Peter Dejong (AP)

Casi un año de negociaciones ha costado la foto de familia del nuevo Gobierno de Países Bajos, que se ha presentado este lunes junto al rey Guillermo de Orange. Han sido diez meses de tanteo, desencuentros, rechazos y reproches mutuos hasta lograr un pacto que repite la anterior coalición de centroderecha. Son los mismos partidos con muchas caras nuevas y por primera vez una distribución paritaria: hay 10 ministras en un Gabinete de 20, contando al primer ministro.

Liberales de derecha (VVD), liberales de izquierda (D66), democristianos (CDA) y la Unión Cristiana (CU) un partido de inspiración protestante, se reparten otra vez el poder en torno al mismo líder, Mark Rutte, que encabeza así su cuarto mandato consecutivo a los 54 años. El lema de la coalición es “Cuidarnos unos a otros y mirar hacia el futuro”, y empiezan a trabajar en un clima de desconfianza ciudadana en la labor de las instituciones afianzada por las restricciones impuestas por la pandemia.

La toma de posesión se ha producido en el Palacio de Noordeinde, en La Haya, que es utilizado por el rey para su trabajo. Luego, ha tenido lugar la foto de familia en las escaleras exteriores, guardando la distancia de seguridad de 1,5 metros para evitar contagios. Ha habido allí un momento de cierta confusión cuando el grupo ha empezado a dispersarse antes de que el propio rey tomara la iniciativa. Para esta tarde está previsto el primer consejo de ministros del nuevo Gobierno.

La paridad en la distribución de cargos ministeriales es un hito en Países Bajos. La nueva ministra de Finanzas, Sigrid Kaag, no ha podido estar presente porque ha dado positivo por covid. Es liberal de izquierda y fue titular de Asuntos Exteriores. Ahora, su lugar al frente de uno de los puestos de mayor relevancia del Ejecutivo puede servirle de trampolín para perfilarse como posible sucesora de Rutte, dado que su partido es hoy el segundo en votos del Parlamento. Kaag ha acompañado a sus colegas por videoconferencia.

Repite también el democristiano Wopke Hoekstra, que también cambia de cartera: de Finanzas a Asuntos Exteriores. En 2020, fue el rostro de la dureza frente a los países del sur de Europa al oponerse de entrada a una propuesta solidaria para combatir la crisis sin lo que consideraba suficiente supervisión y control financiero. Hoekstra acusó las críticas recibidas en el seno de la UE y también a escala nacional, y aunque hubo ajustes y las transferencias estarán condicionadas al cumplimiento de los objetivos acordados, se disculpó por su tono. Como jefe de la diplomacia holandesa tendrá que desplegar todas sus dotes en un puesto que requiere capacidad de persuasión y tacto a partes iguales.

El primer ministro Rutte ocupa el cargo por cuarta vez desde 2010 y ha sobrevivido a la formación más larga de una coalición registrada en su país. Se rodea, además, de ministros con tareas específicas y novedosas. Por ejemplo, la ministra de la Naturaleza y el Nitrógeno (adscrita al ministerio de Agricultura), el de Clima y Energía (en Economía y Clima), o la de Pobreza, Participación y Pensiones (en Asuntos Sociales y Empleo). Hay también una Secretaría de Estado de Minería, en el Ministerio de Interior. Y otra de Digitalización, en el de Interior. Se han abierto departamentos para abordar todos los problemas discutidos durante las negociaciones, un esfuerzo que muestra su habilidad negociadora y también que es ahora un superviviente.

Si bien Rutte se presenta en buena forma, ha conseguido formar gobierno después de ser reprobado por el Parlamento, el pasado abril, por mentir supuestamente durante las negociaciones que han llegado hasta esta toma de posesión. Peleó por su vida política y pudo seguir adelante, aunque con menos brillo. A partir de ahora, no solo seguirá afrontando la contención del coronavirus. Su Gabinete tratará de reducir las emisiones de nitrógeno en la lucha contra el cambio de clima, y buscará la forma de aumentar la construcción de viviendas sin superar los límites contaminantes. Durante esta nueva legislatura se espera, por otra parte, una investigación parlamentaria sobre los daños causados por las extracciones de gas natural en el norte del país. Se ampliará la dedicada al escándalo de los subsidios familiares, que suma unos 48.000 afectados por un fraude que no cometieron, y forzó el pasado enero la dimisión del anterior Gobierno. Y será analizada la gestión misma de la pandemia. Rutte tendrá que emplearse más a fondo que nunca en el que puede ser su último capítulo en el poder.

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