Tanto los camellos como los dromedarios son animales que todos nosotros conocemos, aunque a veces nos resulta complicado diferenciarlos. Tienen un aspecto similar, pero provienen de lugares distintos y el pelaje de unos y otros no tiene nada que ver. Claro que la forma más sencilla de diferenciar entre camellos y dromedarios es por el número de jorobas de cada uno de ellos.
Diferencias entre camellos y dromedarios
Origen
Una de las principales diferencias entre ambos animales tiene que ver con su origen. Mientras que los dromedarios son originarios de la Península Arábiga, los camellos proceden de Asia Central. Los primeros están preparados para soportar temperaturas muy altas, de hasta más de 50 grados en el desierto. Los camellos, en cambio, se adaptan bien al frío, y soportan temperaturas de 40 grados bajo cero.
Altura y peso
Las patas de los dromedarios son más largas, lo que hace que estos animales sean más altos. Pueden alcanzar los dos metros de altura. Los camellos en cambio rara vez superan el metro y medio de altura. Con el peso sucede a la inversa: los camellos pesan más que los dromedarios.
Jorobas
La gran mayoría de nosotros llamamos jorobas a las protuberancias que tienen estos animales. Sin embargo, gibas es una denominación más correcta. Los camellos tienen dos, y los dromedarios sólo una. Existe una especie de creencia popular que dice que las gibas están rellenas de agua, pero es completamente falso. Se trata de un depósito de tejido graso.
Pelaje
El color de ambos animales es igual, lo que puede hacernos pensar que su pelaje también lo es. Pero no. Los camellos tienen un pelaje más largo para protegerse del frío. En cambio, el pelaje de los dromedarios es mucho más corto para hacer frente a las altas temperaturas.
Comportamiento
Respecto al comportamiento de ambos animales, los dromedarios cuando se sienten amenazados pueden responder de forma agresiva. Los camellos son mucho más tranquilos y calmados.
Camellos: características
Los camellos viven en zonas desérticas de Asia central y su esperanza de vida es de más de 50 años. Tienen dos jorobas, las cuales almacenan recursos que luego utilizan cuando hay sequía y escasez. Este es el motivo por el que pueden estar largos periodos de tiempo sin comer ni beber. Cuando se agotan las reservas de las jorobas, estas se vuelven blandas y flácidas.
Con el paso del tiempo los camellos se han adaptado a los cambios bruscos de temperatura que se dan en el desierto. Tienen un pelaje muy denso y largo que les protege en invierno, y con la llegada del verano se les cae. Además, para proteger sus ojos de la arena, tienen unas pestañas muy grandes. A todo ello hay que sumar las anchas y grandes patas, que les permiten caminar sin hundirse en la arena por el peso que llevan encima.
Si por algo son bien conocidos los camellos es por escupir a las personas. Lo que están haciendo los animales es vomitar el contenido que hay en su estómago mezclado con saliva. Se trata de una herramienta defensiva que utilizan cuando se sienten amenazados.
Dromedarios: características
El dromedario, también conocido como camello arábigo, tiene una única joroba que se compone de grasa. Su hábitat natural son las regiones de Oriente Medio, aunque a lo largo de la historia se han introducido algunas poblaciones en Australia y Etiopía.
Los dromedarios viven en grupos familiares de entre dos y 20 individuos, compuestos por un macho dominante, una o varias hembras, y sus descendientes. Son animales herbívoros, y su principal fuente de alimentación son las plantas espinosas.
La reproducción de los dromedarios es cuanto menos curiosa. Alcanzan la madurez sexual entre los tres y los seis años de edad, y se aparean en invierno. Los machos emiten sonidos muy fuertes y luchan cuerpo a cuerpo para aparearse con la hembra. El ganador, antes de la cópula, huele y muerde los genitales de la hembra. El periodo de gestación dura 15 meses, tras los cuales la hembra da a luz a una única cría.
Una de las principales características sobre ellos es que pueden perder más del 30% del agua que hay en su cuerpo sin que les pase nada. Ahora bien, son capaces de beber hasta 100 litros de agua en apenas 10 minutos.
Por último, cabe señalar que gracias a las gibas, tanto los dromedarios como los camellos pueden sobrevivir sin comer ni beber desde varios días hasta unas semanas, dependiendo de la estación. Una vez encuentran una fuente de agua, en sólo 15 minutos pueden beber 140 litros. Aunque no están considerados especies amenazadas, la especie de camello salvaje sí se encuentra en peligro crítico de extinción, y se calcula que quedan menos de 1.000 ejemplares.
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