En Mataró, sprint y victoria de Peter Sagan, y se alegra tanto Alejandro Valverde que corre rápido a felicitar al eslovaco tricampeón del mundo que le puso en el podio del Mundial de Innsbruck 2018 la medalla de oro. Es 10 años más joven que el murciano (31 y 41 casi), pero forma parte también Sagan de la generación a la que quiere barrer el nuevo ciclismo zoomer, representada en la sexta etapa por el caballo loco Rémi Cavagna, de 25 años, el tremendo rodador del Deceunick, capaz en solo 12 kilómetros de atacar dos veces a un pelotón que rodaba a 70 por hora, de saltar para abortar el ataque de Lobato en el último kilómetro y de lanzar, involuntariamente el sprint a Sagan, quien superó fácil a Impey y Molano en una recta en ligera cuesta arriba, como le gustan a él.
Y por ello es feliz Valverde, cuarto en la general a solo 14s del podio que ocupan tres corredores del Ineos (Adam Yates, Richie Porte y Geraint Thomas, por ese orden), porque Sagan le motiva, por la reivindicación generacional del genial eslovaco, y, claro, por su recuperación de la covid que comenzó a sufrir en febrero señalada por su victoria en la Volta a Catalunya, una carrera en la que está para acumular kilómetros y porque no se veía preparado para disputarle a los jóvenes los triunfos en la quincena santa del pavés, las clásicas flamencas y francesas en las que también es especialista. “Llegué a Cataluña sin un día de descanso después de la Tirreno-Adriático y la Milán-San Remo y la Volta ha sido seis etapas muy duras, así que estoy un poco cansado”, dice el ganador de la Roubaix y de Flandes. “Pero estoy muy contento por volver a ganar, sobre todo después de los dos meses tan malos que he pasado con la covid”.
Hace 110 años, la Volta llevó la modernidad a España
Valverde y Sagan son dos ganadores que se quieren, los más ganadores del pelotón de ahora, 130 victorias el murciano, 115 el corredor del Bora, incluida la de Mataró, la primera del año 2021 después de un 2020 en el que obtuvo tantos segundos puestos (13) que hasta que en la décima etapa del Giro no obtuvo su primera victoria (y en fuga) ya empezó a llamársele en broma el Poulidor del siglo XXI. Y nuevos fenómenos fulgurantes –Evenepoel, Van Aert, Van der Poel—le robaron el corazón a sus aficionados.
El aficionado español no encuentra fenómenos aún que puedan parecérsele a Valverde, aunque desde Italia y San Marino le llegan noticias alentadoras. Allí, los jóvenes boomers nacionales siguen asombrando. El toledano Javier Romo, quien ha llegado al Astana a los 21 años habiendo corrido solo tres carreras ciclistas como sub 23 pues hasta entonces era una de las grandes promesas del triatlón español, terminó segundo la cuarta etapa de la Settimana Coppi e Bartali y ha concluido quinto en la general, a 39s del danés Jonas Vingegaard, un fenómeno de 24 años que ya destacó en la etapa del Angliru la pasada Vuelta. Y en la última etapa, el alicantino Juan Ayuso, ya sexto en la cuarta etapa, fue quinto. Ayuso corre en el Colpack italiano, cedido por el UAE, y aunque está aún en edad juvenil (18 años) es tal su progresión y su fortaleza que el equipo de Tadej Pogacar, con quien comparte entrenador, está pensando seriamente en subirle al nivel WorldTour. Un tercer joven español que brillaba en Italia, el granadino Carlos Rodríguez, de 20 años y en el Ineos, se debió retirar tras romperse el viernes la clavícula en una caída.
La rebelión ciclista de la generación Z
La carrera catalana termina el domingo con una ascensión al castillo de Montjuïc, en Barcelona en la que si parece complicado que Yates pueda perder el liderato, Valverde sí que puede asaltar el podio.
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