Quiere seguir peleando hasta el final. Carlos Sainz encajó un duro golpe en el pasado GP de Austria al ver como el motor de su Ferrari le dejaba tirado. Llegó a Spielberg a 11 puntos de Leclerc y tenía opciones de seguir en la pelea completando un doblete cómodo de Ferrari, pero finalmente se fue de aquella carrera a 75 puntos del líder, Max Verstappen, y con la prensa italiana pidiendo que con esa distancia Ferrari le entregue ya todos los poderes a Charles Leclerc en su batalla ante Max. Sin embargo, Carlos no pierde los nervios y cree que es demasiado pronto para sacar conclusiones en cuanto a sus opciones.
“Si miramos mi rendimiento en las cuatro o cinco últimas temporadas, siempre he funcionado mejor en la segunda parte del curso, así que aún habrá que esperar y ver qué pasa”, apuntó Carlos en declaraciones a ‘Sky Sports’. El piloto madrileño de Ferrari confía en seguir con esa tendencia positiva que acumula desde Mónaco, y sus resultados de las últimas campañas en las segundas partes de año le hacen estar más confiado aún, además de la confianza y velocidad que lleva exhibiendo desde la cita del Principado.
“Es pronto. Siempre he funcionado mejor en la segunda parte del curso, así que aún habrá que esperar y ver qué pasa”
“Dije que era muy pronto a principios de año, con el segundo en Bahrein, cuando todos auguraban un año fácil. Lo dije tras mi peor momento en Barcelona y lo sigo diciendo ahora”, agregó. “Aún es muy pronto para hacer vaticinios, aunque entiendo que haya gente que lo pueda pensar, porque no ha sido el arranque de temporada más sencillo”, apuntó Sainz.
Hay que recordar las remontadas que protagonizó Carlos Sainz en sus dos años en McLaren (2019 y 2020), o la del pasado curso, donde logró superar a su compañero Charles Leclerc en la general del Mundial en su primer año en Ferrari con un gran final de curso. Ejemplo de ello fueron sus podios, ya que sumó tres de sus cuatro cajones de 2021 en la segunda parte del año.
Esta temporada, debido al cambio de reglamento de los coches del 2022, Carlos Sainz se encontró con un coche competitivo pero que no encajaba con su estilo de pilotaje. Se dio cuenta desde los test, y desde entonces trabajó sin cesar, mejorando paso a paso, para cambiar cosas de su estilo de pilotaje e interiorizarlas en su conducción para poder tener la confianza necesaria para atacar y lograr las décimas finales que necesitaba para pelear por todo. Pese a ello, de inicio estuvo peleando por poles.
En Mónaco empezó a sentirse mucho más a gusto con su Ferrari y eso se notó en una carrera en la que solo un doblado que no se apartó con las banderas azules le privó del triunfo. Sainz tuvo que abandonar posteriormente en Bakú por un problema en su coche. Volvió a rozar el triunfo en Canadá tras una persecución final a Verstappen con un Ferrari con mejor ritmo, y finalmente, en Silverstone llegó su primera pole y su primer triunfo. En Austria, Sainz se quedó sin pole por milésimas y iba a colocarse segundo cuando su coche se incendió. Pero sigue confiado. Quiere seguir peleando por todo.