Carlos Sainz, tras más de 7 horas de reparación por el accidente que sufrió en la etapa 6, cayendo en la misma trampa (una duna cortada) que el piloto al que perseguía de cerca, su compañero Peterhansel, logró reanudar su marcha y llegar de noche al vivac para que sus mecánicos reparasen su vehículo y reengancharse en carrera en la etapa de ayer, la número 7 del Dakar 2023, ya con una penalización de más de 28 horas. Y el de ayer tampoco sería un buen día porque decidió pararse a asistir a su otro compañero en Audi, Mattias Ekström, cuando luchaba por la etapa. El español tuvo un buen gesto de compañerismo con el sueco, que había destrozado uno de los brazos de suspensión con un golpe con una piedra.
Carlos y su copiloto, Lucas Cruz, querían ganar la etapa para resarcirse tras lo ocurrido el viernes. En lugar de ello, tiraron la jornada para colocarse junto a Ekström y desmontar su propio coche para entregarle las piezas para que pudiera continuar. Sainz se quedó esperando el camión en pleno desierto para que Mattias siguiera su camino, como hizo el pasado año Peterhansel con el propio Carlos. Así es el Dakar. Eso le hizo llegar a la meta con 3 horas y 11 minutos perdidos, tiempo que ya no importa para Sainz. Lo que quiere es ganar etapas y la de ayer no la tachó de la lista.
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Al margen de lo ocurrido en lo deportivo, el foco informativo seguía estando en el incidente del viernes. De ello habló Carlos tras llegar a la asistencia reducida de dos horas que tenían los competidores en la etapa 7, una especie de primera parte de mini etapa ‘maratón’.
“Ayer tuvimos suerte de que no pasara nada grave en un sitio feo. Sentí un poco de dolor en mi cuello y empecé a ir más despacio.
Después de la neutral comencé a ir un poco más despacio y dejé pasar a Stéphane (Peterhansel), e intenté seguirle. Cuando intentas seguir a un coche de cerca, no puedes ver dónde estás y confiaba en él al 100%. Tras seis kilómetros, me fui a la izquierda, lo seguí y lo seguí, y lo siguiente que recuerdo son los dos coches volando. Cuando aterricé, rompí la suspensión, Stéphane perdió la conciencia, pero tuvimos suerte de que no fuera algo más grave, aunque Boulanger tenía alguna lesión”, dijo Carlos, destacando que seguía a Stéphane a unos 6 metros de distancia.
“Venía rápido y cuando caímos dañé la suspensión izquierda, así que tuvimos que esperar al camión de asistencia para cambiar todas las partes. Perdimos mucho tiempo, pero pudimos acabar la etapa”, añadió el piloto madrileño.
“El equipo lo hizo muy bien, logró reparar el coche, vinieron corriendo y pudimos cambiar todo. Estaba bien (su Audi) esta mañana, y afortunadamente, Mattias (Ekström) estaba compitiendo en la etapa, así que tuvimos que detenernos para reparar la suspensión trasera izquierda y después esperar al camión para continuar”, finalizó, explicando lo ocurrido este sábado en la etapa 7.