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Salah, el día después del fin de un sueño


Mohamed Salah, sentado en el vestuario del Internacional de El Cairo, con los ojos cerrados. Al borde de las lágrimas después de la eliminación de Egipto en octavos de la Copa de África el sábado contra Sudáfrica (0-1). La noche del 6 de julio fue muy larga en la selección egipcia. La participación de los ‘faraones’ se había acabado, pero la Federación de Fútbol del país (EFA), anfitrión del torneo, se puso a trabajar a destajo tras el final del sueño de ganar la octava Copa de África.

Así, Hani Abou Rida, presidente de la EFA, dimitió tras la derrota ante los Bafana Bafana y destituyó a todo el cuerpo técnico y administrativo de la selección, con Javier Aguirre, el seleccionador desde 2018, al frente. Rida (que seguirá presidiendo el comité organizador de la Copa de África) pidió a los miembros de la EFA que renunciaran a sus cargos y lo hicieron la mayoría: Hazem Emam, Ahmed Mujahid, Saif Zaher, Majdi Abdelghani, Karam Kurdi, Essam Abdel Fattah, Khaled Latif y Dina Rifai.

Ver a Salah, su gran símbolo, proclamarse campeón de Europa el 1 de junio tras el triunfo del Liverpool ante el Tottenham en el Wanda Metropolitano alimentó más aún el sueño de 97 millones de egipcios de ver a su selección, subcampeona, tomar el relevo de Camerún y convertirse en campeona continental por primera vez desde 2010 y además en casa.

Salah viajó a su país el 2 de junio, al día siguiente de la celebración de la Champions por las calles de Liverpool, y fue para sus compatriotas el ídolo cercano. Centenares de aficionados se fotografiaron con el extremo ‘red’, de lo que daban fe las redes sociales. Pero al final la Copa de África ha supuesto un amargo final de temporada para Salah.

El Balón de Oro se aleja de Salah

Los 75.000 aficionados que llenaron el sábado el Internacional de El Cairo no vieron en Salah al jugador de siempre. Sudáfrica le supo controlar muy bien, con 2 o 3 jugadores a veces para mantenerle a raya. Al final al astro egipcio se le vio mucho más nervioso que peligroso para el rival, pese a las buenas asistencias que le sirvió a Trezeguet. Salah marcó 2 goles en la primera fase, pero esta eliminación parece alejarle del Balón de Oro.

Además su apoyo al atacante del PAOK Amr Warda, expulsado de la selección egipcia tras ser acusado de acosar sexualmente a varias mujeres a través de las redes, ha resultado polémico. Salah pidió “una segunda oportunidad” para Warda, que, tras la presión de la estrella y de otros pesos pesados, fue readmitido. La posición de Salah y sus compañeros creó división en el país. Tras la eliminación fue trending topic en Egipto el hashtag #equipo de acosadores.

A nivel futbolístico, las críticas no se centran en Salah, aunque su actuación decepionara ante los Bafana Bafana. La afición no le condena, pero echa en cara la falta de espíritu al equipo como bloque, cuyo peso ofensivo recae sólo en Salah y Trezeguet, sin más apoyos.

Gran crisis federativa

El día después fue duro para todo Egipto, para Salah (que nunca ha ganado la Copa de África), para sus compañeros, para Aguirre, quien ha perdido el puesto. Se ha desatado una tremenda crisis en el fútbol del país con las dimisiones federativas. Para el símbolo de los egipcios, llegan las vacaciones y toca a su fin esta intensa temporada en la que ganó su primera Champions y fue por segunda vez Bota de Oro de la Premier (ésta, compartida, con 22 goles cada uno, por Sadio Mané -que sigue con Senegal en el torneo y en octavos se medirá a Benín- y Pierre Emerick Aubameyang).

Salah tocó la gloria en Madrid y sufrió un golpe en El Cairo que tampoco olvidará nunca. A finales de mes le espera el Liverpool, con el que luchará por 7 títulos (Champions, Premier, FA Cup, Copa de la Liga, Community Shield, Supercopa de Europa y Mundial de Clubs). Así es el fútbol. Vuelta a empezar.


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