La noche estaba ideada para la celebración rojiblanca, pero acabó en tremendo bacatazo del Athletic. Agur a Europa en la penúltima jornada de Liga. El Leganés, en cambio, conserva intactas sus opciones de salvarse en la última jornada.
Una de las primeras apuestas de Garitano a su llegada al Athletic fue incorporar al preparador físico Juan Iribarren a su grupo de trabajo. El navarro era de sobra conocido en el fútbol de Primera dada su dilatada experiencia a las órdenes de Javier Aguirre, entrenador ahora del Leganés. Ambos compartieron etapa profesional en Osasuna y Atlético de Madrid, donde también coincidieron con Raúl García, y a partir de ahí en Zaragoza, Espanyol y las selecciones de México y Japón.
El primer contacto entre estos dos viejos conocidos tuvo que producirse en las tripas del nuevo San Mamés, no a ras de césped. Iribarren, expulsado ante el Sevilla, recibió una sanción de dos encuentros por protestar al árbitro. El castigo se cumplía ayer, por lo que los suplentes locales, a modo y manera de unos días ante el Levante, tuvieron que calentar por su cuenta una vez comenzado el choque.
El cierre liguero de esta anómala temporada en San Mamés vino a solaparse en el tiempo con la despedida de dos emblemáticos leones. “La victoria, el mejor homenaje a Beñat (242 partidos como león) y San José (397)”, señalaba el propio Athletic en el boletín del club referente a este encuentro.
El club bilbaíno destacaba en su editorial la importancia de ganar a los pepineros para seguir inmersos en la lucha por Europa, la pena de no poder hacerlo con el aliento del público y de “rendir homenaje y aplaudir a rabiar a San José y Beñat, que cierran su etapa en Bilbao dejando una gran huella como leones”. El Athletic entendía que “no hay mejor regalo para ellos que los tres puntos” y adelantaba, sin concretar, que “el club ha organizado una serie de acciones para homenajear a los dos leones históricos en el partido de hoy”.
Ni San José, autor del primer gol rojiblanco en el nuevo San Mamés, ni Beñat, que también marcó en aquel primer choque ante el Celta, habían contado para Garitano desde la vuelta a la competición tras el parón por el coronavirus. Una pancarta con un “Eskerrik asko, Beñat”, de Igorre, y un ‘SanjoBuruz’ fueron los primeros detalles en San Mamés hacia ellos.
Después, poco antes del arranque del choque, ambos salieron al campo acompañados de sus respectivos txikis en medio de un pasillo humano formado por sus compañeros de equipo. Iribar, el mítico Txopo, les entregó después su correspondiente camiseta conmemorativa. En una de las tribunas, mientras tanto, se extendía una pancarta gigantesca con la leyenda “Herritik sortu zinetelako… maite zaituzte herriak. Eskerrik asko” (Porque os formasteís en el pueblo, os quiere el pueblo). Triste despedida para dos claras referencias del Athletic y para el propio equipo bilbaíno.