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San Petersburgo recibe a España con los brazos abiertos pese al covid-19

Con los brazos abiertos, aunque con inquietud por la nueva ola mortal del covid-19. Así recibirá la antigua capital de los zares, San Petersburgo, a la selección española, que ya saboreó en 2017 los lujos de la segunda ciudad rusa.

“Los rusos apoyarán a España. A todos mis amigos les gusta cómo juega la selección y se quedaron asombrados con el partido ante Croacia”, comentó hoy a Efe Vladislav Radímov, oriundo de San Petersburgo, antiguo jugador del Zaragoza y actual entrenador del filial del Zenit.

La capital del norte, como es conocida en Rusia, guarda una buena noticia para el equipo español después de una insoportable ola de calor y humedad. Hoy lloverá, pero en las próximas jornadas la temperatura descenderá hasta los 20 grados que se esperan el viernes, el día del partido.

Un hotel con mucha historia

España se hospedará en el hotel Astoria, uno de los más prestigiosos de la ciudad. Fue inaugurado en 1912, cinco años antes de la Revolución Bolchevique.

En su construcción participó el español más influyente en la historia de Rusia, el ingeniero canario Agustín de Betancourt, que sirvió bajo el zar Alejandro I.

Puede ser que el autobús con los futbolistas españoles cruce un puente tendido en su honor en vísperas del Mundial de Rusia 2018, ya que conduce al vetusto estadio Petrovski, donde entrenarán esta tarde los pupilos de Luis Enrique.

Su ubicación es envidiable. Se encuentra en la plaza de San Isaak, que acoge también la catedral del mismo nombre, uno de los lugares más visitados por los turistas. No lejos está el río Nevá, el embarcadero desde el que el crucero Aurora dio inicio con un cañonazo a la Revolución y el Palacio de Invierno, que alberga el museo del Hermitage.

Según los historiadores, el nombre lo recibió de los hoteles construidos en Nueva York por la familia Astor, uno de cuyos miembros murió en el Titanic.

Entre sus inquilinos figuraron desde Lenin, que arengó a las masas bolcheviques desde sus balcones, hasta Madonna, Luciano Pavarotti, los Rolling Stones y, por supuesto, el presidente ruso, Vladímir Putin.

La amenaza del Covid

Desde mediados de junio, coincidiendo con el inicio de la Eurocopa en San Petersburgo, la ciudad está asediada por una tercera ola de covid-19. La culpable es la cepa india, mucho más mortal que la china.

Médicos consultados por Efe tacharon de “genocidio” la decisión de las autoridades de seguir adelante con el torneo y otros actos públicos cuando los hospitales no dan abasto y los enfermos se amontonan en los pasillos.

Según las autoridades, la ciudad registró 119 muertes en las últimas 24 horas -dos menos que Moscú, el epicentro de la pandemia en Rusia-, además de otros 1.374 positivos. En total, en San Petersburgo han muerto más de 16.000 personas desde marzo de 2020.

El Ayuntamiento local barajan diversas medidas para frenar la propagación del virus, pero la prensa local sugiere que ese plan no entrará en vigor hasta después del partido. Siguiendo la estela de Moscú, muchas regiones rusas están introduciendo la vacunación obligatoria en el sector servicios y ciertos grupos de riesgo.

De hecho, la Fan Zone donde los hinchas belgas, polacos, suecos y eslovacos se congregaron antes de los partidos de la primera fase tendrá abiertas sus puertas para recibir a españoles y suizos detrás de la extraordinaria Catedral de la Sangre Derramada, aunque se ha reducido el aforo a 3.000 personas y no sirven comida.

Antes de la derrota ante Suiza, el ministro de Salud de Francia, Olivier Véran, recomendó a los hinchas franceses no viajar a Rusia, ya que eso significaría que se perderían las semifinales y la final en Wembley debido a la cuarentena de dos semanas a su regreso de San Petersburgo.

Sólo fútbol

En el plano meramente futbolístico, se espera que el estadio Krestovski acoja a los más de 30.000 espectadores permitidos por las autoridades por motivos sanitarios.

“Es verdad que todos esperaban un España-Francia”, admite Radímov.

Otro antiguo futbolista de la liga española, Víctor Onopko, que militó en el Oviedo, destacó a Efe que, en todo, caso, “el partido será una fiesta”.

“El coronavirus está presente, pero San Petersburgo es una ciudad de fútbol y muy hospitalaria. El estadio es grande y muy bonito. La gente quiere ver un gran espectáculo”, apuntó.

La selección española empató a 3-3 en el amistoso disputado en el estadio Krestovski el 14 de noviembre de 2017 con dos goles de penalti de Sergio Ramos y otro de Jordi Alba.

Entonces, debido a la nieve y el frío, un techo retráctil cubrió el estadio. Además de Alba, también se vistieron de corto Busquets, Thiago y De Gea.


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