El Gobierno ha decidido subir el tono para hacer rápidamente un cortafuegos entre Felipe VI y su padre. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lanzado un mensaje contundente e inédito en un primer ministro español ante las informaciones publicadas en los últimos días sobre los presuntos movimientos de fondos opacos del rey Juan Carlos. “Son informaciones inquietantes que nos perturban a todos, a mí también. Pero en primer lugar hay unos medios de comunicación que no miran para otro lado, y se hacen eco de las informaciones. En segundo lugar, hay una justicia que está actuando. Y en tercer lugar, y esto es algo que sí agradezco, la propia Casa Real está marcando distancias frente a esas informaciones inquietantes y perturbadoras”, ha señalado este miércoles en una rueda de prensa conjunta con el italiano Giuseppe Conte en La Moncloa.Sánchez llevaba muy preparada e incluso escrita la respuesta a la pregunta de la prensa española, que era esperada, y parecía evidente que quería lanzar un mensaje contundente para crear cuanto antes un cortafuegos entre Juan Carlos I y Felipe VI. Es la consigna del Gobierno desde este martes, cuando la portavoz, María Jesús Montero, se esforzó por aislar al Rey de su padre. “Las actuaciones judiciales de otros países se dirigen al antiguo jefe del Estado, no tienen ningún impacto en el actual, que además renunció a su herencia. En justicia cada uno responde de forma individual de sus actuaciones. El alcance llega a las personas involucradas”, insistió Montero el martes.La inquietud del Ejecutivo ante la deriva que está tomando este asunto tras las últimas informaciones es muy evidente, y Sánchez ha elegido sus palabras para lanzar un mensaje rotundo en el que no habla de presunción de inocencia, como sí hizo el martes la portavoz, y se concentra en las palabras “inquietantes y perturbadoras” para referirse a las informaciones.Esta mañana la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, también se ha esforzado por distinguir la actuación del rey Juan Carlos de la su hijo, el actual jefe del Estado. “Estamos hablando de una situación que se refiere al pasado, no a Felipe VI. La jefatura del Estado funciona de forma plena. El rey emérito está fuera de las actividades públicas y esta cuestión está al margen del actual jefe del Estado”, ha insistido Calvo.La clave de la estrategia del Ejecutivo, que antes también había marcado La Zarzuela, está pues en separar la figura de Felipe VI de la de su padre. Fue la propia Casa Real la que apuntó esa línea en marzo, cuando en pleno confinamiento lanzó un comunicado en el que Felipe VI anunciaba que retiraba la asignación pública a su padre y renunciaba a cualquier herencia que pudiera corresponderle de sus cuentas en el extranjero, una forma clara de romper con la imagen del anterior jefe del Estado. Don Juan Carlos sigue viviendo oficialmente en las instalaciones del Palacio de la Zarzuela, muy cerca de su hijo.El Gobierno ha intentado minimizar este asunto durante varias semanas, y los ministros simplemente contestaban con una respuesta breve de respeto a las actuaciones judiciales y con la idea de que la igualdad de todos ante la ley. El PSOE ha sumado sus votos al PP y a Vox varias veces para rechazar en el Congreso las investigaciones que trataban de promover varios grupos de izquierda y nacionalistas, entre ellos Unidas Podemos, socio de la coalición. El grupo de Pablo Iglesias ha mantenido una posición más suave que en el pasado pero no ha dejado de remarcar el escándalo que han supuesto las informaciones de los últimos meses.El PSOE tenía pues esta estrategia de bajo perfil pero la polémica ha crecido a tal nivel que Sánchez ha decidido tomar cartas en el asunto con una declaración que ha causado impacto en la prensa que seguía la comparecencia porque nunca un presidente del Gobierno había hablado en esos términos sobre el que fuera jefe del Estado durante 40 años. Hace solo unos meses Sánchez esquivaba las preguntas sobre este asunto o se limitaba a contestar con alguna fórmula evasiva de respeto a la justicia. La estrategia ha cambiado por completo, ante la evidencia de que la crisis ha alcanzado ya otro nivel con la catarata de informaciones de los últimos días.En una línea similar se ha pronunciado en las últimas semanas Pablo Casado, informa Natalia Junquera. “Desde el PP apoyamos al jefe del Estado, el rey Felipe VI, y su conducta, que ha sido ejemplar y transparente en estos seis años de reinado”, ha señalado el líder popular cuando le han preguntado por el escándalo que rodea a don Juan Carlos. El principal partido de la oposición evita pronunciarse sobre el rey emérito y separar al padre del hijo. El pasado junio, cuando se cumplieron seis años de la proclamación de Felipe VI, Casado también reservó unas palabras del mitin de precampaña en Euskadi para alabar la labor del jefe del Estado “en defensa de la Constitución, el Estado de derecho, la imagen internacional de España y siempre muy cercano a los más vulnerables”. El PP ha rechazado que el Congreso investigue al Rey emérito y cuando don Felipe decidió suspender la asignación a su padre, procedente de los presupuestos generales del Estado, Casado ya trató de separarlos a ambos. “Quiero expresar mi respaldo a las decisiones que hoy ha anunciado SM el Rey Felipe VI, nuestra confianza en su ejemplar servicio público al frente de la Jefatura del Estado y la lealtad del Partido Popular a la Corona como máxima institución de España”.
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