El Gobierno tiene ya la vista puesta en los retos sanitarios que llegarán una vez superada la pandemia de covid-19. Y la salud mental será uno de los principales. El presidente, Pedro Sánchez, ha anunciado este sábado un plan dotado con 100 millones de euros hasta 2024, algo que las sociedades científicas de este campo ven como una buena noticia, pero solo como un primer paso insuficiente para paliar las carencias del sistema. Con una crisis sanitaria que ha incrementado notablemente los trastornos psíquicos, el Ejecutivo pretende impulsar una nueva estrategia en este ámbito, algo que no sucedía desde 2009.
Sánchez ha presentado las líneas generales de actuación con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra este domingo. Ha esbozado unas propuestas que el Ministerio de Sanidad llevará al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud “en las próximas semanas” para que se debatan y acuerden con las comunidades autónomas. La primera de ellas será un teléfono de atención al suicidio que estará activo las 24 horas del día, con la posibilidad de derivar a los servicios de urgencia en situaciones de crisis.
El suicidio es la primera causa de muerte externa (o no natural) en España. En 2019 afectó a 3.671 personas. “No es un tabú, es un problema de salud pública del que debemos hablar, visibilizar y actuar en consecuencia”, ha dicho Sánchez. El presidente ha puesto sobre la mesa algunas cifras que dan cuenta de la magnitud del problema de salud mental en el país: uno de cada 10 adolescentes tiene trastorno diagnosticado; un 5,8% de la población sufre ansiedad, un porcentaje similar al de quienes padecen depresión; más de un millón de personas tienen un trastorno mental grave y más de la mitad de ellos no recibe ningún tipo de tratamiento; un 13,2% de los niños de entre 4 y 14 años corre el riesgo de sufrir un problema de salud mental, un porcentaje que es cinco veces superior en niños que en niñas; casi la mitad de jóvenes de entre 15 y 29 años considera que ha tenido alguna dolencia de esta índole.
El plan de acción del Gobierno se propone mejorar la atención de la salud mental, tanto hospitalaria como primaria, lo que irá acompañado de una mejor formación sanitaria especializada y en formación continua. Para ello, se incorporará la especialidad de Psiquiatría Infantil y Adolescencia en la próxima convocatoria de formación sanitaria especializada. El plan de acción también tiene como objetivo luchar contra el estigma de las personas con algún problema de salud mental, para lo cual el Ejecutivo hará “una importante campaña de sensibilización”, según Sánchez.
Otro eje de este plan será prevenir conductas adictivas, ya sean con o sin sustancias farmacológicas. El presidente ha hecho hincapié en las relacionadas con las tecnologías de la información y comunicación, “un grave desafío, especialmente en jóvenes”. Hace menos de un mes, The Wall Street Journal reveló documentación interna de Facebook que mostraba que Instagram provocaba problemas de salud mental entre sus usuarios de menor edad. El 32% de las chicas adolescentes dijeron que cuando se sentían mal con sus cuerpos, Instagram las hacía sentir peor.
Es algo que algunas publicaciones científicas venían advirtiendo desde hace años. “Los jóvenes que pasan más de dos horas al día en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram son más propensos a sufrir problemas de salud mental, sobre todo angustia y síntomas de ansiedad y depresión”, recogía un el estudio publicado en 2017, realizado por la Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge.
Problemas agravados por la pandemia
Los problemas de salud mental se han agravado por culpa de la pandemia. Este mismo viernes un estudio publicado en la revista The Lancet alertaba de que los casos de depresión y trastorno de ansiedad en el mundo han aumentado un 28% y un 26%, respectivamente. Los grupos de población más afectados han sido las mujeres y la gente joven. En España las cifras son parecidas, aunque los firmantes de la investigación advierten de que, para afinar sobre los datos en cada país, serían necesarios estudios más específicos.
Desde que empezó la crisis sanitaria, ha aumentado la depresión y la falta de esperanza en la sociedad, pero especialmente entre las personas con menos recursos, donde la subida ha sido de un 32,7% frente al 17,1% de la población general. “Jóvenes, mayores, mujeres y personas con discapacidad son los grupos de población que han visto más afectada su salud mental en último año”, ha asegurado Sánchez, con especial hincapié en el sexo femenino: “Las discriminaciones, la carga de responsabilidad en el hogar, el cuidado a familia y la violencia de género están muy presentes en nuestras sociedades y han agravado los problemas de salud mental entre las mujeres, lo que es un problema para el conjunto de la sociedad”.
Los condicionantes sociales de la salud mental serán otro de los ejes del plan que ha avanzado este sábado Sánchez. “Las condiciones de vida, la precariedad, la incertidumbre frente al futuro inmediato aumentan el riesgo de ansiedad y depresión, que es tres veces más frecuente entre personas en paro que entre quienes tienen empleo. Y 10 veces más frecuente entre personas con algún tipo de discapacidad para trabajar”, ha asegurado Sánchez.
La pandemia no solo ha agudizado los problemas mentales como consecuencia directa de los confinamientos, las pérdidas de vidas y la falta de contacto social. También ha repercutido en un sistema sanitario más colapsado. Uno que ya de por sí estaba infradotado de recursos para tratar las enfermedades psíquicas y psicológicas: en España hay 11 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, casi cinco veces menos que en Suiza (52) y la mitad que en Francia (23), Alemania (27) o Países Bajos (24). También los psicólogos clínicos escasean y en 2018 apenas eran unos 6 por cada 100.000 habitantes en la red pública (tres veces menos que la media europea).
Una “buena noticia”, pero solo “un primer paso”
Carlos Losada, de la Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (Anpir) ve una “buena noticia” que se presente un plan y que cuente con una dotación económica, pero no le parece suficiente: “Nosotros pedimos 6.000 plazas de psicólogos clínicos en el Sistema Nacional de Salud y con este presupuesto [100 millones para tres años] daría para contratar a 2.000 un año”. No obstante, cree que hay que esperar a saber cómo se concretará el anuncio del Gobierno para poder evaluarlo. “Es muy importante sensibilizar, pero también dotar de medios. Si sensibilizas a alguien para pedir ayuda y no tiene dónde acudir, no sirve de mucho. Un teléfono del suicidio puede estar muy bien, pero depende mucho de cómo se haga, porque es un tema muy delicado en el que no cualquier actuación es eficaz”, asegura.
La Sociedad Española de Psiquiatría también celebra estos primeros pasos. “Todo lo que sea pasar de las palabras a los hechos es positivo”, dice su presidente, Celso Arango. “Hemos escuchado muchísimas palabras últimamente, incluso una ley [presentada el 6 de septiembre por Unidas Podemos] que lo único que hace es estigmatizar la enfermedad mental. Esto [el plan] es lo que había que hacer, aunque no nos engañemos, medidas como la especialidad en Psiquiatría Infantil son geniales, pero ni son por la covid, ya que venían gestándose hace años, ni solucionarán los problemas mentales generados por la pandemia: los primeros profesionales formados entrarán al sistema en 2028”, apunta.
Pese a dar la bienvenida al plan, Arango considera escaso el presupuesto para las necesidades del sistema: “Fundamentalmente hacen falta profesionales, aquí no utilizamos sistemas punteros de tecnología, sino psicólogos, psiquiatras y enfermeras especializadas. Para llegar a la media europea necesitaríamos 1.500 psiquiatras más y con 100 millones no da ni siquiera para un año. No deja de ser un primer paso, pero hay que dar más”, zanja.
Sanidad, por el momento, no ofrece información sobre si en el presupuesto de 100 millones está incluido un refuerzo de las plantillas. La ministra, Carolina Darias, ha dicho en el acto de presentación del plan que “sin salud mental no hay salud”: “En este asunto hemos pasado del silencio al debate y ahora del debate a la acción”. Una portavoz de su departamento asegura que en los próximos días se irán conociendo más detalles de una estrategia que responde a lo que se acordó en la Comisión para la de Reconstrucción Social y Económica en el Congreso el verano del año pasado.
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