Sánchez Cordero y el movimiento feminista; Rocío Nahle en India | Columnas políticas 05/03/2020

“Cuidado, todos quieren apoderarse de este movimiento y se lo arrebatan de las manos. Que no se salga de control”, destaca Excélsior.

“Templo Mayor”, en Reforma:

“Con eso de que el gobierno mexicano anda tan interesado en conocer las experiencias de la India, tal vez Rocío Nahle podría aprovechar para preguntar sobre un tema del que acá no se habla: las energías renovables. Ese país emprendió un muy ambicioso y agresivo programa que busca ahorrar 60 mil millones de dólares en energía para el 2030. Y es que las energías limpias no son solo un asunto económico, sino también de salud, pues más de un millón de indios mueren cada año debido a la contaminación”.

“Frentes Políticos”, en Excélsior:

“A unos días del Paro Nacional de Mujeres, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, acusó la actitud de quienes, dijo, se aprovechan del movimiento feminista para sumarse a las críticas contra el gobierno federal. Señaló que estos personajes se suben a la ola feminista cuando antes han pugnado por lo contrario. “No quisiera decir nombres, pero sí hay personas, cuando menos muy identificadas, que nunca, nunca han estado en movimientos feministas, al contrario, siempre han estado por la penalización de las mujeres y que vayan a la cárcel. Hoy están subiéndose a esta ola y nunca han sido feministas. Yo tengo 50 años en esta lucha”, sostuvo. Cuidado, todos quieren apoderarse de este movimiento y se lo arrebatan de las manos. Que no se salga de control”.

“Estrictamente personal”, de Raymundo Riva Palacio, en El Financiero:

“Atención, atención. Se está gestando una crisis mayúscula. El 30 por ciento del 30 por ciento de las medicinas que se necesitan y que se pusieron a licitación en noviembre, no se adquirieron porque el concurso quedó desierto, y el 70 por ciento restante del total de los medicamentos más necesitados y especializados, simple y llanamente no se licitaron. Esto significa que no hay suficientes medicinas para abastecer las necesidades de este país, y se está abriendo un riesgo donde, literalmente, lo que está en juego es la vida de muchos”.

“Trascendió”, en Milenio:

“Quien no se anduvo con pequeñeces ni contando centavos fue Emilio Lozoya y desde la cárcel de Madrid donde espera el juicio de extradición contrató al ex juez Baltasar Garzón, sí, aquel que ordenó el arresto del dictador Augusto Pinochet, indagó el terrorismo de Estado de los llamados GAL y persiguió a los etarras. Ni más ni menos”.




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