Sánchez ficha a 100 economistas de élite para diseñar la ‘era poscovid’


Llevan más de un mes reuniéndose de forma muy discreta. Son un centenar de expertos de élite, sobre todo economistas, aunque también hay sociólogos o científicos. Y tienen una misión compleja encomendada por el Gabinete de Pedro Sánchez: imaginar la España de la era poscovid y elaborar un documento en tres meses. El grupo, una especie de think tank como los que han creado la Francia de Macron y la Italia de Conte, es plural y no obedece a la línea ideológica de la coalición: hay personas cercanas a Podemos, pero también está Toni Roldán, exdirigente de Cs. Ya se han producido los primeros roces en asuntos delicados como el mercado laboral.

Casi todos los países del entorno están elaborando documentos para rediseñar la economía después del shock del coronavirus, y con las heridas de la Gran Recesión aún sin cerrar. Italia tiene ya 102 medidas, bosquejadas por un grupo dirigido por Vittorio Colao, ex consejero delegado de Vodafone. Francia ha creado un grupo de 26 expertos, que lideran dos economistas de enorme prestigio: el execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional Olivier Blanchard y el Nobel Jean Tirole. España ha optado por una fórmula distinta. Ya antes del coronavirus, Sánchez creó en La Moncloa una oficina de prospectiva y estrategia que empezó a diseñar planes de futuro y a preparar este trabajo. Ahora, con la crisis, el grupo de expertos y el documento que preparan cobra incluso más sentido, aunque no está pensado para resolver lo inmediato, sino para diseñar la economía y la sociedad del futuro, tanto que se define como “España 2050”.

Entre el centenar de economistas y expertos que están perfilando cómo será la era poscovid los hay de muy diferentes ideologías y especialidades. Y eso no es casual. La Moncloa se ha alejado voluntariamente del espectro ideológico de la coalición PSOE-Unidas Podemos y ha formado un grupo más transversal, algo que está generando algunos roces en asuntos especialmente delicados como el del mercado laboral. Los 100 expertos —que no cobran por ese trabajo— están divididos en 10 grupos, y el laboral está siendo uno de los más polémicos, con una mayoría favorable a la reforma laboral del PP frente a los economistas más cercanos a la izquierda y partidarios de derogar esa normativa. Ese reparto de mayorías inquieta en algunos sectores del PSOE y de Unidas Podemos, al tratarse de un ejercicio impulsado por el Gobierno pero que no sigue su línea ideológica ni el acuerdo que ambos firmaron.

El documento buscará el máximo consenso posible, y cuando los expertos se topen con asuntos que impliquen un gran choque ideológico, los aparcarán. Algunos de ellos llevan más de un mes reuniéndose de forma semanal, por videoconferencia, y están empezando a elaborar borradores con el diagnóstico de la situación después de intensas discusiones.

La idea no es un documento que sea un programa de Gobierno de la coalición, sobre todo porque los expertos no obedecen a esta línea, sino un texto de reflexión sobre los grandes retos del país y las posibles soluciones. Sin embargo, el documento puede generar tensiones dentro del Gobierno, que se sitúa en un punto ideológico alejado de las posiciones mayoritarias dentro del grupo de expertos. El Ejecutivo insiste una y otra vez en que su hoja de ruta es el acuerdo PSOE-Podemos, y este ejercicio parece pensado más como reflexión que como mandato de acciones políticas.

Entre los expertos más destacados figuran Javier Andrés, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia; Antonio Cabrales, catedrático de Economía del University College; Aida Caldera, economista de la OCDE; Olga Cantó, profesora de la Universidad de Alcalá; Sara de la Rica, catedrática de Economía de la Universidad del País Vasco; Rafael Domenech, director de análisis de BBVA Research; Florentino Felgeroso, profesor de la Universidad de Oviedo e investigador de Fedea; Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la educación de la Complutense y director del INAP; Lucas Gortázar, analista del Banco Mundial; José Antonio Herce, profesor de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad Complutense de Madrid y presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones; Cristina Linares, experta del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU; Sergi Jiménez, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra; Julio Lumbreras, profesor de Ingeniería del Medioambiente de la Universidad Politécnica de Madrid e investigador visitante en la Universidad de Harvard; Clara Martínez-Toledano, investigadora del World Inequality Lab, o José Ramón Picatoste, experto de la Agencia Europea del Medio Ambiente.

La Moncloa ha divido los trabajos en 10 grupos, que de momento apenas tienen contacto entre sí: crecimiento y productividad; desigualdad; desempleo estructural y precariedad; longevidad (con un análisis sobre el futuro del sistema de pensiones); mejora de los resultados sistema educativo; recualificar a los trabajadores; habitabilidad de las ciudades y despoblamiento rural; descarbonizar la economía; uso más racional de los recursos naturales, y por último, bienestar.

Varios de los participantes, consultados por EL PAÍS con la condición de anonimato, coinciden en que los debates se complicarán cuando se llegue a los puntos más delicados de las apuestas ideológicas de cada uno. En el caso de laboral, cuando sale el contrato único, la negociación colectiva o los motivos por los que España tiene tanto desempleo estructural, el acuerdo es imposible. El think tank Fedea, al que están adscritos algunos nombres, acaba de reclamar ajustes para 2022, a pesar de que es posible que para entonces la economía española no haya recuperado el crecimiento perdido en estos meses: la reforma laboral, las pensiones o el debate sobre cuándo retirar estímulos figuran entre los desafíos a corto plazo de la economía española, pero también serán clave en la andadura hacia 2050. La idea que maneja el Gobierno es alejarse al máximo de los choques para buscar un mínimo común. Pero aún no se ha llegado a la hora de la verdad: escribir las conclusiones y diseñar políticas públicas para la era poscovid. No será nada fácil.

La oficina de prospectiva y estrategia

Con el nuevo Gobierno surgido tras las elecciones, Pedro Sánchez creó una oficina que depende de su jefe de Gabinete, Iván Redondo, diseñada para pensar en políticas a muy largo plazo e inspirada en otras que tienen países como el Reino Unido, Canadá, Finlandia o Singapur. Dirigida por el historiador Diego Rubio, había trabajado hasta ahora con mucha discreción. El proyecto que será su gran presentación, el documento sobre los retos de la era poscovid, empezó antes de que la pandemia fuera una realidad. La oficina está compuesta por una decena de personas, con una edad media de 32 años. Tanto en el PSOE como en Unidas Podemos genera inquietud que se haga un proyecto así al margen de los partidos, aunque el documento no supondrá un mandato para nadie.

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