La comparación de Pablo Iglesias de Carles Puigdemont, el expresident catalán fugado en Waterloo después del fallido procés de 2017, con el exilio republicano ha estado muy presente en el comité federal del PSOE celebrado este sábado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha dejado pasar la ocasión para desmarcarse de unas afirmaciones que sentaron muy mal en el PSOE: “Somos un partido que ha sobrevivido a la persecución y al exilio, hablo del verdadero exilio, por defender la legalidad democrática y por combatir una dictadura tan ilegítima como despótica”.
El presidente ha dedicado el arranque de su intervención a recordar el legado de los cientos de miles de exiliados que tuvieron que huir de España tras la victoria de Franco en la Guerra Civil. “El ejemplo de tantas mujeres y hombres que lo dieron todo, incluso su vida, por la libertad es el cimiento sobre el que está construida nuestra democracia. El sacrificio del exilio y de la resistencia de ayer son la base de nuestra democracia de hoy, una de las 20 democracias plenas del mundo”.
Sánchez se ha afanado en diferenciarse de los argumentos esgrimidos por el líder de Podemos. “Tenemos una deuda con aquellas gentes. Implica honrar su memoria, mantener viva la llama de su recuerdo. Y sobre todo implica cumplir y defender el Estado de derecho y las leyes democráticas. Es decir, defender la Constitución”.
Las diferencias con el socio minoritario del Gobierno no han quedado ahí. Sánchez ha apelado a la experiencia de un partido fundado hace 140 años –Podemos acaba de cumplir siete- y que es el que más tiempo ha gobernado desde la restauración de la democracia. “Hace más de un siglo que comprendimos que la barricada no es un camino (…) Somos la izquierda y todos sabemos lo que eso significa. La izquierda paciente, unitaria, que siempre está ahí a las duras y las maduras”. “Somos la izquierda que nunca abandona el camino de la política y la persuasión, por muy lento y difícil que sea ese camino, para transitar otros caminos que nunca llevan al paraíso prometido”, ha enfatizado en contraposición al asalto a los cielos que promulgaba Iglesias en sus inicios. “Sabemos que la riqueza no cae del cielo, es producto del esfuerzo y el trabajo y antes de distribuirse debe generarse. Por eso, sabemos que las cuentas deben cuadrar, que junto a cada gasto debe figurar un ingreso”, ha apostillado Sánchez.
La mayoría de barones no ha hecho ninguna alusión a Unidas Podemos en el turno de palabra a puerta cerrada, según han confirmado una decena de fuentes presentes a EL PAÍS. Una de las excepciones ha sido el presidente de Aragón, Javier Lambán: “Me siento muy satisfecho con un Gobierno de mi partido que no solo defiende la Constitución, sino que lo hace de manera entusiasta. Esto hay que reconocer que no es fácil hacerlo día a día con los socios de gobierno que tenemos. Creo que tenemos ahora mismo la suficiente fortaleza y la suficiente legitimidad como para plantearnos a medio plazo en España horizontes más ambiciosos”. Adrián Barbón, presidente de Asturias, se ha centrado en la defensa de la memoria de los exiliados por la Guerra Civil. “Cuando el secretario general y presidente del Gobierno empezó con esa referencia histórica a los exiliados republicanos, tengo que reconocer que me emociona y nos emociona en una federación que la semana que viene, el miércoles 27, cumplimos 120 años de historia. Así que ahora que se hacen comparaciones, esa reivindicación del verdadero republicanismo, de lo que supuso aquel exilio, a mí me parece muy ejemplar”, ha valorado el presidente del Principado y secretario general de la FSA.
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